Corbacho es un gran humorista. Sí, sí, Corbacho el ministro. Ese que tenemos como Ministro del paro. Tiene un grado de simpatía comparable al de los mejores payasos de nuestro país. Es más, su humor es muy más fino, más templado, quizá me atreviese a comparlo a Buenafuente.
Ayer salieron los datos del paro del mes de febrero. Pésimos. Confirman que España se va a la mierda y que es muy posible que a final de año una de cada cinco en edad de trabajar no lo consiga, que esté en paro. Los análisis son pesimistas y claro corresponde al Gobierno de la Nación dar un mensaje de optimismo. Ven el final del tunel dentro de unos meses y todas esas cosas. Pero Corbacho es mucho más avispado. Después de meses de crisis de la construcción, después de cientos de miles de despidos, cuando nos encontramos en una situación de encefalograma plano en este sector y la crisis ya arrasa con los puestos de trabajo de otros sectores (servicios, automóvil...), Celestino Corbacho va y dice algo así como que los datos del desempleo en la construcción se han incrementado más "moderadamente" lo que interpreta como algo positivo y es que está llegando al fondo.
Fantástico. Es la constatación de la evidencia. El sector de la construcción ya ha despedido a todo el mundo (figura literaria) y por lo tanto los datos de este mes son positivos, ya no se despide a nadie.
¿Qué pedirán para ser ministro?
1 comentario:
Para ser ministro la única condición es que uno no sea rojo. No vaya a ser que cambie las cosas.
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