¡Más cemento, es la guerra!

El Gobierno de Aramón, uhy, perdón quise decir Aragón, ¿en qué estaría pensando? pasa de puntillas sobre el nuevo fracaso de desarrollo para el Pirineo que representa el Balneario de Panticosa. Después de las toneladas de cemento que se han metido en tan entrañable paraje, después de haber expropiado a los aragoneses de alpargata (y al resto de la humanidad, de alpargata también) una buena parte de los derechos que tenía sobre ese trocito de Pirineo a favor de NOZAR, después de haberse hechos fotos y más fotos en las primeras piedras, en las firmas de los acuerdos, en las segundas piedras, en los puestos de trabajo generados... después de todo eso, guarda un escrupuloso silencio sobre el prinicipio del fin del cemento en el Pirineo.

Pero no crean que es sólo Panticosa, no, es también el Hotel de Las Margas en Sabiñánigo, con su campo de golf y sus cientos de apartamentos en medio de ninguna parte. ¿Sólo eso? No, ya con la crisis en marcha el Gobierno de Aragón autorizó dos nuevos campos de golf (con su urbanización aneja, por supuesto) en Baranguá y en Lerés. El cemento dará vida, gritaban a los cuatro vientos. ¡Locos, arrepentíos! clamaban ante quienes mostraban, ya no oposición, tan sólo dudas razonables.

Es el futuro, es el desarrollo, nada puede detenerlo. No miréis al pasado, no busquéis en otros pensamientos... sólo hay un dios, el dinero.

Ahora el dios está en coma y el Gobierno reniega más de tres veces del mismo. ¿Reniega? No. El cemento en el Pirineo no es cosa suya, pero es que el Pirineo tiene problemas. Sin embargo tenemos la solución para el llano. Una innovación, algo distinto, novedoso: Gran Scala. Sí, sí, llenaremos de cemento el llano. Campos de golf, hoteles de 4 cuatro y cinco estrellas, parques temáticos... la locura. Es el futuro. Nadie se oponga. ¡Más cemento, es la guerra!