¿Recuerdan allá por 2005 el debate suscitado sobre la presencia de un enorme felino que rondaba por la Hoya de Huesca? Incluso, creo recordar el mismo Alcalde había llegado a ver al león (o leona que no recuerdo bien) entre la cantidad de creyentes en misterios propios de los libros de J.J. Benitez.
Recuerdo que a los excépticos (los que aplicábamos la razón para negar tal acontecimiento como la comida del gatito y otros menesteres similares) se nos tildó de muchas cosas.
Hoy la noticia (con tv y todo) es el avistamiento de un nuevo león (o leona, nunca se sabe) por las tierras turolenses. Claro, allí hay más monte y menos gente. Bueno, en poco tiempo parece ser que han despejado la duda y parece ser un perro grande, tipo albino.
Estos fenómenos son ocurrentes en el tiempo (avistamientos de OVNIS, en Gratal, psicofonías en Montearagón, en la plaza General Alsina -antes de su urbanización, claro está- y otras muchas que seguró al sufrido lector le vendrán a la cabeza.
La población en general, en tiempos de miseria intelectual y espiritual, es fácilmente conmovible con fenómenos inexplicables que le sirven de reposo a su inquietud generalizada. Igual que un león, mañana puede ser una aparición Mariana (de esos hay muchos creyentes, interesados o no) o la aparición de un populista demagogo que se haga con un buen puñado de votos, del tipo Berlusconi, Gil y Gil u otro similar.
El campo está labrado y abonado, tiene tempero, sólo falta la semilla.
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