En virtud del debate que ha tenido lugar con motivo de las entradas anteriores dejo esta canción de Rosa León. Mis conocimientos informáticos me condenan a no poder colgar directamente la canción pero el enlace es suficiente. Por supuesto dejo la letra para poder hacer acompañamiento.
http://www.radio.uol.com.br/#/musica/rosa-leon/punto-y-raya/120268?action=search
Entre tu pueblo y mi pueblo
hay un punto y una raya
La raya dice no hay paso
el punto vía cerrada
Y así entre todos los pueblos
raya y punto, punto y raya
Con tantas rayas y puntos
el mapa es un telegrama
Caminando por el mundo
se ven ríos y montañas
se ven selvas y desiertos
pero ni puntos ni rayas
Porque estas cosas no existen
sino que fueron trazadas
Para que mi hambre y la tuya
estén siempre separadas.
2 comentarios:
Entrando en un debate al que llego tarde y que en realidad no me interesa, no me interesa el fútbol, ni las naciones ni qué marca de pienso prefieren los cerdos: fanatismos identatarios hay de todos tipos. Los nacionales son muy obvios, pero también la izquierda tiene sus fanatismos identatarios, con sus banderas, sus símbolos, sus cánticos y sus credos.
Lo que ha pasado estos días es que la "marca España" ha perdido algunas de las connotaciones negativas que tenía y ha adquirido otras positvas, en detrimiento de marcas competidoras, por ejemplo "separatismos". Y es que hay generaciones jóvenes, también en Cataluña y otros lugares, que no vivieron el franquismo y post-franquismo y no asocian esa "marca" a lo que la asociamos los que tenemos canas. Pues vale.
Por lo demás, yo creo que los cerdos no discriminan mucho entre unas marcas de pienso y otras, con tal de estar bien cebados están contentos.
Me parece un poco fuerte la comparación de las masas con los cerdos. Podría seguir su comparación en tono de ironía y comentar, por ejemplo, que los cerdos son unos animales bastante inteligentes pero no voy a seguir por allí.
Sin embargo sí que podemos estar de acuerdo en el tema de la marca. La marca que usted llama es lo que yo defino como símbolos. Tienen modas pero no son modas intrascendentes, tienen un fondo social que penetra en el tejido social.
La racionalidad está lejos, todavía, del comportamiento humano y en nuestra cotidianidad tomamos muchas más decisiones llevados por la inteligencia emocional que por la racional. Hay valores sociales que se imponen por encima del discurso racional, por ejemplo el caso de la eutanasia activa o pasiva. La pasiva forma parte de una especie de moral social que la entiende y comparte no ocurriendo lo mismo con la eutanasia activa.
Lo mismo pasa con los sentimientos nacionales, penetran en el tejido social y conducen a respuestas irracionales debido a que están profundamente asentados.
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