El mundo está muy revuelto. Mientras las masas ugetistas clamaban ayer a favor de la Huelga General y pedían a gritos la dimisión de ZP, el PP se envolvía en una bandera roja y, como los comunistas, y decía que el texto de los psoelistas era el texto del abaratamiento del despido y de la pérdida de todos los derechos de los trabajadores.
Efectivamente, el mundo está revuelto y todo el mundo espera pescar en estas aguas revueltas, pero mientras tanto, en nuestro pueblo la vida sigue con su pasmosa tranquilidad y las aguas discurren pacíficamente aunque siempre en el mismo sentido.
Ya hace un tiempo comentamos en una entrada lo ocurrido con las entrañables monjitas de Santa Clara, tan santas ellas en su vida monástica y de retiro espiritual, ajenas al mundo y sus tentaciones, pero peseteras como buenas hijas de la Iglesia a la que pertenecen.
Ya comentamos que querían expulsar de su casa a una mujer de 80 años que había trabajado como portera del Convento (ella, su marido y el resto de la familia) durante 56 años a cambio tan sólo del alojamiento vitalicio. ¿Motivo del desahucio? Como es vieja ya no puede hacer su trabajo, y como no es rentable (recuerden que nunca le han pagado ni un chavo) llega el momento de ponerla de patitas en la calle. Al principio, el juzgado de 1ª instancia dio la razón a la viejecita pero la Audiencia Provincial, navegando sobre su propia estela centenaria, se pone de parte del poder espiritual condenando a la anciana a tener que pedir recurso de amparo ante el Constitucional, vamos todo un drama folletinesco del diecinueve. ¿Qué no hubieran escrito Victor Hugo o Emile Zola ante esta situación? ¿No hubiera rescatado Hollywood este texto convirtiéndolo en una película de éxito? ¿No hubiese salido la Iglesia Vaticana diciendo que esa película era una burla y un ataque directo contra el Cristianismo, es decir, hubiera puesto el grito en el cielo? Pero no, como todo esto pasa en nuestro pequeño pueblo no tiene más trascendencia que una noticia de menor calado en uno de los periódicos locales.
En defintiva, la Iglesia, en su infinita misericordia, siempre va un paso más allá que nuestros terrenales políticos y han conseguido por la vía de los hechos llevar a la práctica el sueño de cientos de empresarios desalmados que usan esas tácticas en los países pobres o en China y que pretenden trasladar a España, es decir, usar y abusar de los trabajadores, no pagarles, tan sólo darles de comer y un techo, y cuando no sirven tirarlos a la calle. (Mire usted, mejor que la esclavitud, que cuando los tenían viejos los amos se encargaban de darles de comer aunque no fuesen productivos)
Eso sí, estoy absolutamente convencido que la Madre Superiora de las Clarisas rezará por la salvación de su alma varias veces al día.
4 comentarios:
Qué fácil es lanzar insidias sobre la iglesia católica o la justicia desde el anonimato.
Instrucciones para ser un izquierdista de pensamiento simple:
- Evite definirse en positivo: difícilmente encontrará ideas o argumentos a los que agarrarse. Recuerde: la izquierda está vacía de ideas desde hace décadas.
- Evite presentar programas, propuestas, etc. : no olvide que no los tiene.
- Sólo puede definirse en negativo, no en positivo. La izquierda es, simplemente, lo que no es la derecha. En consecuencia: critique a su enemigo.
- Señale claramente a su enemigo. En este caso, la iglesia católica y la justicia ¡todo el mundo sabe que son de derechas!
- Tome algún hecho anecdótico que pueda ser criticado y hágalo sin compasión. Olvide matices, olvide análisis generales: la parte por el todo, eso es lo que vale, la actuación de unas monjas en un pueblo como símbolo de la actuación de toda la iglesia católica. Olvide toda la obra social de la iglesia. Eche mierda, hombre, eche mierda: al enemigo, ni agua.
- Si no tiene pruebas, arroje dudas. No se preocupe, dudar no le compromete: la justicia de Huesca. ¡qué curioso! del lado de la iglesia.
- Escóndase en el anonimato: no sólo evitará acciones legales, sino que además evitará que pueda haber quien piense que sus argumentos son cuestionables porque su vida personal en absoluto se corresponde con las ideas que usted predica.
- Si alguien le señala todo lo anterior y le critica por la simpleza de su pensamiento, póngalo del lado del enemigo. El que le diga que es usted una vergüenza para la vida inteligente de este planeta, ¡es de derechas, seguro!
Que facil es ser ultraderechista poniendose siempre a favor de los poderosos, iglesia, banca, gran patronal... y en contra de los deviles desde el anonimato.
Bueno, veo que esta vez he removido alguna conciencia lo que me alegra.
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