Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

jueves, 20 de enero de 2011

Derechos de autor

Estupenda página de José A. Pérez de la que copio y pego íntegramente su último post.

El privilegio de crear
Mi madre era agente de aduanas y mi padre regentaba un videoclub. Ahora ambos están jubilados. En mi niñez y adolescencia asistí a dos crisis sectoriales, una detrás de otra: la apertura de las fronteras mercantiles europeas (que afectaba directamente al sector aduanero) y el declive del video. No fueron crisis pasajeras; ni volverían a Europa las rígidas aduanas del pasado ni volvería el esplendor del VHS. Así que mis padres tuvieron que reinventarse. 
Yo tengo la suerte de trabajar en eso que llaman industria cultural. Y soy socio de SGAE. Cuando empecé a trabajar como guionista, hace unos diez años, alguien me dijo que debía asociarme, que todos los guionistas estaban asociados. Desde entonces, de cuando en cuando, recibo un ingreso por alguna de las obras que escribo para las grandes productoras de este país. Sin embargo, con el paso del tiempo, lo de SGAE me ha ido pareciendo cada vez más extraño. 
Veréis, cuando uno escribe un guión, acuerda un pago con la productora en un proceso idéntico al que sigue cualquier proveedor en cualquier industria. Y cuando el trabajo se entrega, se cobra. Punto. 
¿Punto? Pues no. Porque los trabajadores de la cultura tenemos ciertos privilegios. Por ejemplo, cobramos por la difusión de nuestra obra. ¿Y eso por qué? Porque somos creadores. Somos seres sensibles que ponemos nuestra sangre y nuestro sudor sobre el papel, sobre las tablas, quemamos con nuestra alma el celuloide (o el disco duro, depende de cómo ruedes). Los creadores tenemos un universo moral que el resto no puede comprender, y eso nos hace merecedores de esas monedas de plata que recauda SGAE en nuestro nombre cuando se vende un disco o un libro, cuando una tele exhibe una película o cuando veinte jubiladas representan La Casa de Bernarda Alba en la sala de cultura de su pueblo. 
Cuando La 2 me encargó Ciudad K me puse en contacto con Enrique Dans. Quería que la serie fuese creative commons, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo. Dans tuvo la amabilidad de guiarme en ese terreno y yo intenté convencer a la gente de TVE. No fue posible por diversas circunstancias (que no vienen al caso), aunque conseguí que en TVE tuvieran constancia de mi deseo y, al menos, se interesaran por eso tan raro del creative commons. Desconozco si fui el primer autor de una serie que puso esa idea sobre la mesa, pero estoy convencido de que no seré el último. 
No me siento cómodo con la etiqueta de creador ni con la de internauta. Buena parte de mis trabajos los he conseguido gracias a la red. Muchos han sido por este blog, cuyo contenido es creative commons. Escépticos, por ejemplo, ha tenido más espectadores en Internet que en televisión, y gracias a esa difusión, me han ofrecido nuevos trabajos. 
Dice la ministra de Cultura y muchos otros que sin los derechos de autor habría menos creadores. Lo que supongo que quiere decir es que habría menos creadores ricos. Y, francamente, eso no me parece un problema. 
Ser un creador no es un privilegio. El privilegio es crear.


A lo que debemos sumar otra estupenda entrada en respuesta al artículo de la Ministra en El País:


Por diez años, señora Sinde, por diez años
Cuando escribes un guión titulado Mentiras y Gordas para luego dedicarte a la política no es de extrañar que haya chascarrillos a tu costa, más si terminas como cabecilla visible y representante de las sociedades gestoras, apoltronada en el trono y tribuna para las élites de actores de hollywood e intérpretes de canción ligera en el que la señora Sinde ha convertido el Ministerio de Cultura.
Hoy en el País (y siguiendo la linea editorial de tomar al lector por estúpido que dicho periódico ha decidido llevar desde hace ya un tiempo) la Ministra de Cultura aprovecha la ocasión que este medio le está brindando a todo famosete que ve peligrar su rockstar system, y recopila toda una serie de falacias, ocultamientos, medias verdades, mentiras y mentiras muy gordas en un artículo de verdadero facepalm.
Comienza la Ministra citando las licencias de El Quijote y, de paso comienza ocultando lo que no le conviene. Ocultar deliberadamente una información que no gusta que se sepa, y mostrar un texto recortado intencionadamente, sólo es propio de alguien que ya está acostumbrada a esas mentiras y ocultamientos.
Podéis leer vosotros mismos la sarta de estupideces de la Señora Sinde (con un buen puñado de ocultamientos y tergiversaciones deliberadas) con las que nos deleita en el artículo de El País y en él comprobaréis que la incultura que llevó a proclamar aquello de que si Mozart hubiera tenido derechos de autor no hubiera muerto en la indigencia, vuelve al ataque, en esta ocasión con nuestro patrio Cervantes.
Después de leer el artículo, podéis ver la licencia original en la Biblioteca Virtual Cervantes que la misma Ministra cita pero para recortar y ocultar a su gusto.




No voy a entrar con el machete a saco contra la mediocre colección de estulticias que suelta la señora Ministra en tan breve artículo porque, tengo que reconocerlo, se me hace difícil no soltar algún improperio ante tamaño intento de tomarnos por gilipollas, pero sí me gustaría tocar el tema de Edison y Melies al que la señora González-Sinde hace mención con tanto entusiasmo.
Atentos a la frase en la que dice textualmente "fue la piratería, tan frecuente en el cine mudo (otro salto tecnológico), la que acabó con cineastas innovadores como Méliès." o esta otra en la que afirma "Lo lamentable sería que los Méliès de hoy fueran erradicados de la Tierra como lo fue el gran cineasta francés cuando gigantes como Edison lo llevaron a la ruina imponiendo un modelo de negocio que llevaba anejo un modelo narrativo, estético e ideológico único".
¿Se pueden decir estas barbaridades sin que nadie salte de la silla y le responda nada a esta señora? Al parecer sí. Nos hemos acostumbrado a que la Cultura en España sea sinónimo de lo que hacen y venden cuatro amiguetes ricachones que ya tenemos esta falacia tan incrustada en nuestro cerebro que no nos salta ninguna alarma antigilipolleces.
Decir que Melies fue erradicado de la tierra por la piratería y por "gigantes como Edison" es una barbaridad, pero ocultar que lo que realmente hizo multimillonario a Thomas Alba Edison fue el modelo de vivir para siempre con las patentes, derechos de autor y copyrights que la Ministra y sus amiguetes defienden, es simplemente mentir, mentir y mentir.
Edison elaboró una inmensa fortuna gracias a patentar y vivir de las rentas que esas patentes le dieron toda la vida (algunas aún siguen dando dinero). Usted es Edison, señora Ministra, usted mató a Melies.
En su artículo confunde y quiere confundir, que es peor. Si alguien en este teatro cervantino representa a Edison, es usted y sus camarillas de la SGAE. Ustedes mataron a Melies, pobretico mío...
Edison jodió en vida a muchas personas, entre ellas a alguien a quien la Ministra Sinde no nombra porque seguramente no tenga ni puñetera idea de quién era:Nikola Tesla... Un tipo curioso al que su loca idea de dar energía gratis a todo el mundo le llevó a enfrentarse con el gigante de las patentes, Edison... ¿Sabe qué, señora Ministra? Estoy convencido de que Tesla no estaría de su lado... Tengo la corazonada de que el gran Nikola Tesla estaría encantado con esto de internet... quizá ustedes lo mataron también...

14 comentarios:

HombreRevenido dijo...

Muy buenas las dos entradas.

Me quedo con eso de: "Ser creador no es un privilegio. El privilegio es crear".

Anónimo dijo...

Respecto a lo primero: crear no es un privilegio. Es una condición de la raza humana. Todos creamos.

Un privilegio es, por ejemplo, la propiedad privada. Porque todos nacemos naturalmente con la capacidad de crear y creamos, pero no nacemos naturalmente siendo propietarios, ni siquiera de nuestro propio cuerpo (otros animales sí).

Vivimos en una sociedad que está basada en la propiedad. De todo, desde lo pequeño a lo grande. En todas las culturas humanas ha existido la propiedad, en distintos grados. hasta las sociedades comunistas se basaban en la propiedad: del individuo de unas cosas, del estado de otras.

El final de la propiedad que proponen algunos es anarquismo. Anarquismo más extremo todavía del que planteaba Proudhom, que respetaba la propiedad de los pequeños productores.

Más chocante todavía es que quienes defienden el final de la propiedad intelectual en ningún caso defiendan el final de las otras propiedades. ¿Vamos a vivir en una sociedad en la que unos cobren por producir y otros no?

Anónimo dijo...

Y dos, y ya lo dejo porque esto ya cansa:
- creative commons respeta la propiedad intelectual. Licencia obras para unos usos, y para otros cobra. Eso mismo se puede hacer con cualquier patente, si bien es cierto que creative commons ahorra mucha burocracia.
- que este guionista, o el señor Dans, decidan que para ellos es rentable comercialmente regalar parte de su obra, para que tenga más difusión, mientras que cobran por otra (porque el Sr. Dans cobra por sus libros, y por sus clases en la universidad, y éste guionista quería cobrar a tve por sus guiones) no quiere decir que estén en contra de la propiedad intelectual, sino que siguen la vieja táctica comercial de regalarte algo para que compres otra cosa. Te regalan un texto para hacerse conocido y que luego compres un libro, o unas clases, te permiten ver la serie en internet para que luego la compre tve (y la pague con dinero de todos, por cierto).

- Por último, tanto el guionista como Dans son muy dueños de hacer con su obra lo que les dé la gana. Yo me pregunto si quienes están a favor de la piratería respetan también el derecho de otros creadores a que no se les robe.

Espartaco dijo...

Mira que molesta eso de encontrarse con autores, con creadores, con esa gente que vamos a matar, a exterminar que van y dicen que no, que la cultura, que el arte, que la creación no desaparece pese a la "piratería"

Jode un huevo ¿verdad?

Quercus dijo...

El cerebro de anónimo si ke está en contra de la "propiedad intelectual".

Anónimo dijo...

Soy otro anónimo. No, no jode. Si uno mira la lista de los que están en contra de la piratería, y la de los que supuestamente lo les importa (cobran de tv, eso sí), pues no jode nada. Reconforta mucho.

Por cierto, Pilar Bardem, camarada suya, publicó hace poco algo en "el País" sobre esto. ya se puede imaginar.

Espartaco dijo...

Claro que cobran de TV. Vuelva a leer que quizá no lo ha entendido bien. Nadie dice que no cobre por un trabajo.

Un albañil cobra por su trabajo. Un fontanero lo mismo. Cuando hacen un baño cobran por su trabajo. Es más, ponen creatividad e imaginación.

Lo que no hacen ni el albañil ni el fontanero es pretender cobrar cada vez que uno hace uso del baño.

(Y eso que en este caso el fontanero es camarada pero el albañil no, éste sólo es correligionario)

Víctor C. dijo...

Este tema está ya muy trillado, y todas las argumentaciones que demos en pro o en contra de los "derechos de autor" serán reiterativas.

El tema es bien fácil, si un ente, sea público o privado, pretende difundir una obra, creada por un determinado artista, con el fin de ganar dinero mediante dicha difusión, es lógico que el artista se lleve parte de ese lucro, ahora bien, si un particular lo que pretende es deleitarse con la obra de ese artista y únicamente deleitarse, no es coherente que se deba pagar al artista. Por lo tanto, sólo en el supuesto de que un tercero pretenda lucrarse con una obra ajena, se deben pagar derechos de autor.

Por otra parte, estoy totalmente de acuerdo con lo que en artículo se dice de Edison y de Tesla. Edison es más conocido que Tesla, sin embargo Tesla fue un conspicuo ingeniero eléctrico al que Edison le arrebató muchas de sus patentes. Edison, en definitiva, fue alguien que se dedicó a robar patentes y es lamentable que la gente conozca a Edison y no conozca a Tesla.

Víctor C. dijo...

Y por supuesto , lamentable lo que argumenta la "señorita Rottenmayer" exponiendo a Edison como si de un eximio inventor se tratara. Ésto es lo que se llama incultura, ya no sólo científica, sino incultura general.

Anónimo dijo...

El albañil y el fontanero producen una cosa.
El escritor, el músico, no producen ninguna cosa. No son trabajadores del papel o del vinilo. Producen ideas.

Cobrar por su trabajo? No, cobran por su trabajo. Yo no sé si a Beethoven le costó mucho o poco trabajo imaginar su quinta sinfonía, o si Einstein tuvo una de sus ideas geniales en cinco minutos mientras estaba cagando. No cobran por su "trabajo". Cobran por sus ideas.



¿Debe usted pagar por el uso o disfrute de una idea ajena?

Esa discusión ya tuvo lugar hace cientos de años. Y la conclusión fue que sí, bajo ciertas condiciones.

Víctor C. dijo...

Obviamente la Teoría de la Relatividad de Einstein no se forjó mientras éste cagaba, pero sí es una cagada lo que el anónimo acaba de exponer sobre el tema.

Usted, anónimo, finalmente pregunta : "¿Debe usted pagar por el uso o disfrute de una idea ajena?

Señor anónimo, debe saber que los resultados finales de Einstein, no sólo tienen sus bases en los estudios anteriores de Poincarre y de Lorenz, sino que éstos dos últimos son los verdaderos autores. Digamos que a Einstein le pasó un poco como a Edison, es alguien conocido pero debido a sus plagios. Sin embargo yendo al tema en cuestión, pues ésto simplemente fue una matización, usted señor anónimo debe saber que una idea, tal y como usted la da a significar, siempre estará basada en ideas anteriores. Un creador nunca lo es de una manera absoluta, su idea siempre estará influenciada por ideas anteriores de otros autores. Así por ejemplo, toda la ciencia, avanza debido a que unos autores (científicos) continúan o se sustentan en los trabajos anteriores de otros científicos. Nadie parte desde "0" en sus trabajos, es decir, nadie parte desde la invención de la rueda. Entonces según su argumentación, señor anónimo, Neils Bohr tendría que haber pagado dinero a Rutherford, y de esta misma manera podemos citar de manera ilimitada a todos los científicos. Por lo tanto, Señor anónimo, no mezcle arte con ciencia.

Espartaco dijo...

Ni tampoco con trabajo que como bien explican los creadores a los que he pirateado sus entradas ellos cobran por sus ideas-creaciones-trabajo, como todo el mundo cuando hace algo y lo vende, por ejemplo el moro que hace un cinturón y lo vende. (una vez, no cada vez que se usa el cinturón)

Anónimo dijo...

nada nada, vamos al ataque personal: einstein copiaba. Pues venga.

A mí que queda claro que lo que hacía Einstein en una cagada vale más que lo hacen otros que piensan y escriben durante años y años. Así de injusta es la vida, unos valen y otros no.

Yo, a los que valen, les pago. Y les estoy muy agradecido.

Quercus dijo...

pues si estás tan contento de pagar nose ke cojones hace keriendoke paguemos los demás.
tu paga, haz lo ke te salga del forro y deja a los demás ke copien lo ke kieran.
ala, ke te han dado una lección ke no veas y me parece ke ni te has enterao.