Un nuevo ejemplo (otro más)

Pues sí, tenemos otro nuevo ejemplo de eso que se llama incumplimiento de la palabra dada.  Pero es que son así, es su naturaleza, no pueden remediarlo.

No, no se crean ustedes que lo hacen de forma meditada (eso de decir mentiras y engañar a todo el mundo que se les pone a tiro), no, es algo inconsciente, casi me atrevería a decir que patológico.  Ellos quieren ser una cosa, hacer una cosa, llevar un ritmo, un camino, una trayectoria.  Lo desean de corazón, de buena fe.  Tal es así que elección tras elección aparecen en la tele y convencen a la buena gente pero luego, pasa algo, un no sé qué, un extraño, y zas, cambian radicalmente de opinión y hacen lo contrario de lo que dicen.

Pero no sean malos, no se lo tengan en cuenta que lo hacen sin mala intención.  Sí, sí, ya sé que se sienten engañados (una vez más) que esta vez la mentira les ha dolido mucho (hay que tener en cuenta que en poco tiempo llevan varias y muy gordas) pero sepan que es su naturaleza.

Es como la fábula del escorpión y el sapo.  Por si no la conocen la dejo aquí:

Quería un escorpión cruzar un río, como no sabía nadar fue por la orilla hasta que encontró a un sapo. El escorpión le dijo: 

- Hola sapito, serías tan amable de cruzarme al otro lado del río.  

- No, seguro que si te llevo encima me picarás. 

- ¿Cómo iba a hacer yo eso? Si te pico nos hundiremos los dos. 

El sapo lo pensó y vio que lo que decía el escorpión era cierto, así que lo subió a su espalda para llevarlo.  Cuando estaban más o menos en medio del río, el escorpión le picó al sapo, éste envenenado empezó a hundirse y el escorpión con él, justo antes de morir el sapo le pregunta: 

- ¿Por qué lo has hecho? 

- Qué esperabas, si es que es así mi naturaleza, soy un escorpión.

Por cierto, la noticia es que el PSOE va a alargar la vida de las centrales nucleares, por si el enlace no funciona.