Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

lunes, 1 de agosto de 2011

El líder

Bueno, ahora ya tenemos a la parejita.  Tenemos a la consgrada lideresa madrileña y ahora tenemos al autoproclamado líder.  (Parece ser que a Maricomplejines no le importa no se líder de su partido ya que no lo necesita porque de cualquier forma ganará las próximas elecciones)

A mí, esto de los liderazgos es algo que siempre me ha puesto los pelos como escarpias.  Quizá porque ya hace años Don Manuel clamaba contra viento y marea que era él, y tan sólo él, el leal líder de la oposición (tenía que mandar en algo y le reconocieron ese papel desde las filas del PSOE).  Al principio no entendía bien esa operación ya que por aquel entonces Alianza Popular (AP), si bien era el partido más votado no alcanzaba a tener tantos votos como el resto de partidos de la oposición al PSOE (nacionalistas, comunistas y centristas) pero era una operación de fondo.  Quería Don Manuel propiciar para España un modelo anglosajón de la política (de dos partidos sin diferencias sustanciales entre sí) ya que denostaba el modelo democrático europeo continental y para ello entendió rápidamente que nada mejor para que la transición fuese un éxito que visualizar dos bloques de colores distintos y el mismo cuerpo.

Y no sólo lo entendió Don Manuel, también lo hizo Felipe quien inmediatamente reconoció el papel de líder de la oposición ante la preplejidad de la ciudadanía quien no terminaba de comprender como Don Manuel podía ser líder de AP y del PCE.  Hoy está más que claro.

A Rubalcaba le pasa como a Don Manuel.  Sabe que no tiene nada que hacer, que pese a la encuesta del CIS y las elecciones del próximo 20 N con tendencia al alza no se va a comer ni un colín.  Y piensa Rubalcaba ¿soy realmente una pieza sacrificable?   ¿Debo ser yo quien asuma toda la responsabilidad del fracaso?  ¿O por el contrario debe escenificar un sainete de huida de ZP y para ello nada mejor que la autoproclamación de líder del PSOE?

¡Ah, los liderazgos!  La historia ha consagrado a determinados líderes en momentos decisivos, personalidades con capacidad, visión de futuro, una fortaleza inigualable, voluntad de carácter firme y sin ambages... y hemos tenido muchos ejemplos, para todos los gustos, desde líderes como Hitler hasta otros como Gandi o Mandela.  (Desgraciadamente de los primeros han abundado más)

Sin embargo ninguno de ellos se ha autoproclamado líder (tan sólo los de regímenes fascistas, de hecho la consolidación del termino líder en la política arranca de Mussolini), ha sido el pueblo quien ha reconocido a sus figuras viendo su ejemplo y reconociendo su sacrificio y abnegación, sus cualidades innatas para encabezar un proyecto y que sea seguido de forma masiva por la multitud.

Espe se autoproclamó lideresa.  Ahora Rubalcaba hace lo mismo.  ¿Y el pueblo?  El pueblo, entregado, acudirá en masa a las urnas para elegir a su líder.  (Y es que lo necesita)

4 comentarios:

hemithecomix dijo...

Añade a nuestro Paquito, el super líder, caudillo y generalísimo de una grande y libre, que nos toca más de cerca.

El caso que en este juego del "yo soy más que tu" que se traen los políticos desde hace ya demasiado, parece que prima aquello de:
"Que hablen mal o bien de mi, no es importante, el caso es que hablen"

Anónimo dijo...

Mi comentario es que analizas los hechos sin analizarlos y en muchas ocasiones no eres objetivo y si visceral.Mira donde ha llegado el PP y donde el partido comunista

Anónimo dijo...

Es que el Partido Comunista creía que el pueblo tenía capacidad y razón suficiente como para no necesitar pastores ni gurús y ese error le llevó a la desaparición, a la ruina más absoluta.

Otros comunistas lo entendieron mejor, no hay nada más que ver a Stalin (y a Rubalcaba): el pueblo necesita líderes que le marquen el buen camino.

Víctor C. dijo...

Cuando el ciudadano no tiene muy claro qué tipo de política beneficia sus intereses o beneficia los intereses del bien común (visión solidaria de la aplicación de la política) necesita de la figura de un líder, ante todo carismático, un buen pastor que le sepa dirigir por el camino adecuado, como buen borrego.