Huesca, el PP y la educación privada

Dicen en los mentideros que la concejala del PP del Ayuntamiento de Huesca responsable de los temas educativos escuchó con cara entre asombro e incomprensión un argumento al que no pudo dar respuesta en su momento relativo al debate entre educación pública y educación privada.

Hoy, algunos medios de comunicación, nos adelantan la respuesta, respuesta por otra parte previsible y que responde al criterio ideológico de un Partido Popular ajeno a la realidad socioeconómica del país y que tira de manual antiguo para responder a los problemas aún cuando la realidad ha cambiado.

Sí, el PP todavía no se ha enterado que las propuestas neoliberales de su programa hacen agua por todos lados, que esto se está hundiendo y que seguir haciendo agujeros en la quilla del caso sólo provoca que entre más agua.  ¿Por qué lo hace?  Por falta de reflexión y por cumplimiento estricto del dogma neoliberal que no admite crítica.

Pero vayamos a la anécdota.  Parece ser que hace ya unas semanas, con motivo de alguna de las múltiples movilizaciones que estamos viviendo o quizá con motivo del debate sobre la escuela infantil Sánchez Arbós, o con cualquiera otro, algún defensor de la escuela pública tuvo la oportunidad de cruzar alguna opinión con la mencionada concejala.

A lo largo de la misma, la sra. Alcalá, que así se llama la susodicha concejala popular, parece ser que para calmar los ánimos y reconducir la situación espetó algo parecido a lo siguiente:

"no te creas (en referencia a las escuelas infantiles municipales de 0-3 años), no te creas, que allí no van sólo los que lo necesitan, que vemos que va mucha gente con unas rentas muy elevadas"

Es decir, que la sra. concejala planteaba que en los centros públicos iba gente con bastante dinero y no lo necesitaba, aserto que se vio respondido con algo así como: "naturalmente, es que a la escuela pública van todos, ricos y pobres, por eso es pública y universal"

En definitiva, la visión de los servicios públicos del PP es una visión no universalista, de carácter benéfico y restingida a las capas pobres de la población obligando a que quienes tienen ingresos tengan que necesariamente optar por soluciones privadas.  Naturalmente esa visión está apoyada por el dogma económico neoliberal de que sólo lo privado funciona y lo público dilapida el dinero (la banca española es un claro ejemplo de que no es así), argumento el de la libertad de mercado y competencia que ya en su momento comentamos con motivo de este mismo asunto en el blog.