Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

martes, 19 de junio de 2012

Será que falla la ciencia

Durante años nos han hecho creer que la economía, al trabajar con un idioma numérico y unas técnicas derivadas de la matemática, era una ciencia exacta, como la física.  Tal es así que la economía como ciencia ha pasado a tener el mayor de los reconocimientos sociales y académicos siendo su opinión por lo tanto incuestionable en todos los órdenes de la vida, tanto en el meramente económico como en el social, en el político, en el laboral...

Y además la ciencia económica, plural como la propia humanidad, sujeta a cambios, opiniones, visiones y planteamientos quedaba restringida a una parte de la misma, a una única visión económica que era la derivada del modelo neoliberal de la escuela de Chicago.  Cualquier otra visión económica era considerada heterodoxa y por lo tanto contraria a la doctrina oficial: debía ser expulsada, en primer lugar de los debates públicos y en segundo lugar de los últimos reductos del saber, de las universidades.

Los economistas poco a poco fueron copando los principales puestos de decisión y poder en las distintas esferas de la sociedad, comenzando por las propias empresas y consejos de dirección desplazando incluso a los mismos empresarios (que no son economistas como tampoco son ingenieros ni juristas) y ocupando un puesto destacado en el mundo empresarial.  Los economistas pasaron de ser meros asesores a ocupar el trono.

Pero la economía es una ciencia social, es decir, no es una ciencia exacta.  Es posible que para algunos lectores esta afirmación sea sorprendente pero es cierta.  No se debe confundir la técnica de trabajo con el objeto del análisis de la realidad.  Y por lo tanto la economía no puede predecir, algo que sí hacen las ciencias exactas, como las matemáticas o la física.

Sin embargo el endiosamiento de los economistas y el lugar en el que les hemos puesto desde la sociedad les ha hecho creer que son infalibles: su palabra era ley, un dogma incuestionable al que todos debíamos rendir pleitesía.

Hoy, en plena crisis económica, y tras varios años de aplicar de forma concienzuda las recetas científicas de los economistas neoliberales la crisis profundiza sus raíces y sus ramas son cada vez más frondosas.  Las explicaciones suenan ya a chanza, a respuestas más propias de Octavio Aceves que de alguien serio y con un mínimo de sentido común.  Que si la culpa es de Grecia y de la incertidumbre por las elecciones, que si los mercados quieren profundizar en las reformas estructurales, que si Alemania todavía no se entiende con Francia, que si Hugo Chávez es un tipo peligroso...

En cualquier caso lo que está quedando en evidencia es que las soluciones que proponen no sirven y que no tienen respuesta, ni para hacer un buen análisis ni, en consecuencia, acertar con la solución.

La ciencia económica falla, no sirve y debemos buscar la respuesta en otros lugares, quizá oyendo a los heterodoxos, o quizá oyendo al pueblo.

Pero si esto lo sabemos desde este blog ¿acaso no lo saben los que mandan?  Naturalmente que lo saben, pero callan, guardan silencio.  Les conviene no destapar esta gran mentira porque se quedan sin coartada ya que mientras exista un dogma aceptado como verdad absoluta por la mayoría de la población podrán usarlo para conseguir sus objetivos que no son la búsqueda del bien común sino del suyo propio.


4 comentarios:

Víctor C. dijo...

Excelente entrada Espartaco.

Lo de Octavio Aceves es un poco lo que ha sucedido con Paul Krugman, nos ha engañado a todos o su augurio estaba equivocado , ni Grecia sale de la euro-zona ni en España habrá corralito de aquí a 2 meses.

METAL dijo...

Desde que comenzó la crisis he leído infinidad de artículos y análisis económicos que a la postre han quedado en evidencia. Si la economía fuera una ciencia exacta no podría haber dos soluciones frontalmente opuestas, y la aplicable continuamente errónea.
A no ser que esos análisis estén malintencionados desde la propaganda del sistema para hacernos tragar una serie aberrante de atropellos a la ciudadanía, tipo: “¡que viene el apocalipsis!”, bueno, si para evitarlo tengo que volver a los tiempos de la gleba…es un mal menor…….
Saludos.

pazzos dijo...

¿molesto?
Nos habría venido mejor un poquito menos de dogmas económicos ("El mercado se regula solo") y un poquito más de contabilidad y transparencia.

Lo peor es que les hemos dado las llaves de las arcas públicas a los autores del desastre.

Espartaco dijo...

No molesta en absoluto, caballero. Espero que se quede opinando en estas páginas con el mismo nivel de opinión que tiene en las suyas