No le tengan miedo. Ni al acento ni al tiempo. Busquen los 40 minutos que dura el discurso, enchufen los altavoces y escuchen con el alma abierta. Tiene frases para la historia.
Pero si les parece demasiado, o demasiado poco, aquí les dejamos 10 minutitos más en una Cumbre.
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