Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

viernes, 10 de mayo de 2013

Represión inteligente

Hay que reconocer que la derecha ha aprendido mucho, pero mucho.  Ahora es la adalid de los valores democráticos frente a perroflautas y rojos antisistema, defensora de los principios fundamentales del régimen (constitucional, como gustan decir) y con unos planteamientos acordes a los nuevos tiempos.

Sí, para enfrentarse a los elementos subversivos (era como se llamaba a los demócratas en las dictaduras sudamericanas en los años 80, antes de que fuesen terroristas) ya no precisan de una acción constante y cotidiana de las fuerzas de la ley y del orden (los antiguos grises) y sus métodos expeditivos, ahora han descubierto que ante las protestas pacíficas de la población no venden las porras y gases lacrimógenos (aunque de vez en cuando es bueno usarlos para que no se oxiden), ahora prefieren nuevas herramientas represivas, más sutiles y de igual o superior efectividad: la sanción administrativa.

Sí, ahora los rojos, masones y anticlericales realizan un tipo de protesta no violenta que causa sorpresa e incluso un cierto malestar entre los fieles votantes de la caverna por lo que han decidido buscar nuevas soluciones.

La represión administrativa (que ya inició el PSOE) ha mejorado alcanzando grados de excelencia propia de un país moderno y civilizado de la Unión Europea.  Podemos decir que estamos en la vanguardia del nuevo modelo policial-administrativo-judicial.

Un caso claro y palpable es el de Ángel Borruel, médico oscense que culminará este fin de semana una huelga de hambre de 30 días reivindicando un cambio de orientación en la política española.

Este médico, además de su huelga de hambre, y conjuntamente con otras personas, ha realizado otra serie de protestas (todas ellas de similar estilo, es decir, sin violencia, muy pacíficas)

Una de ellas consistió en una acción casi infantil, entregar un manifiesto a la Presidenta del Gobierno de Aragón.  Ya en su momento avisamos que la respuesta del PP fue absolutamente desproporcionada pero ahora han cerrado el círculo, ahora han respondido con la represión administrativa: una multa por hablar.

Es una aviso, un aviso a navegantes.  Si usted se porta mal le daremos donde más le duele, en su pecunio.  No haremos de usted un mártir y de su causa un ejemplo a seguir, no.  Evitaremos fotografías desafiantes de rostros ensangrentados consecuencia de la violencia policial, incluso concentraciones ciudadanas exigiendo la puesta en libertad de los detenidos en las puertas de las comisarías.  En su lugar le sancionaremos con una multa, multa que usted deberá pagar ya que si la recurre ante la Justicia, como ya no es gratuita, le costará más dinero.

Pero qué malos son.

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