Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

jueves, 20 de junio de 2013

Tiene razón Dolores Serrat

Sí, ese pedazo de Consejera de Educación que tenemos tiene razón en una afirmación que realizó recientemente: Su departamento no es de beneficencia sino de educación.

Estas declaraciones las realizó recientemente en las Cortes de Aragón con motivo de la reducción de las becas escolares de comedor.  Y visto así, sin más, sin partidismos, en el marco de un Estado que se denomina Social y de Derecho, en ese Estado que regula mediante su Carta Magna que los impuestos deber servir para hacer políticas redistributivas de la riqueza, no podemos negar la razón a la Consejera.

Las becas de comedor son parte de esa redistribución de la riqueza y las realiza el departamento de Educación en nombre del Estado.  Y es cierto que la labor del Estado no es hacer beneficencia sino justicia social.  Por lo tanto no es labor del departamento de educación hacer política de beneficencia aunque sí hacer políticas sociales.

Por eso decimos que la frase es correcta en el contexto anterior.  Desgraciadamente la Consejera de Educación es una mentecata de tomo y lomo y demuestra que no tiene ni puta idea de lo que son las políticas sociales, las competencias del Estado al respecto y su obligación constitucional ya que confunde el culo con las témporas, es decir, las políticas sociales que le corresponden a su departamento (becas de libros, de comedor, de matrículas universitarias...) con beneficencia, eso que en el siglo XIX denominaban sopa boba y daban a los pobres en las puertas de las parroquias las señoras de bien.

Seguramente ella se vea en una de esas escenas caritativas siendo la valedora principal de la caridad junto al párroco de Santa Engracia.

Señora Serrat, demuestre que tiene algo de decencia y sea coherente: o cambia sus políticas en becas de comedor o se desdice de esas declaraciones porque ambas cosas a la vez son una profunda contradicción.

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