Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

lunes, 3 de noviembre de 2008

PRINCIPIO

Eppur si mouve. Y sin embargo se mueve. Esta frase, que se ha hecho famosa por no ser pronunciada es una buena metáfora de lo que pretende este blog. Dicen que cuando Galileo fue condenado de por vida a prisión y tuvo que abjurar de su obra ante la Inquisición para salvar su vida, finalizó la abjuración con Eppur si mouve. También dicen que no lo llegó a decir nunca. Pero lo cierto es que se movía y que el tiempo (y la ciencia) le dió la razón.

Los acontecimientos mundiales, y también los locales, me llevan a tratar, durante un tiempo, a reflexionar de todo un poco y poder compartir, con aquellas personas que quieran, las mismas. Y es este un buen momento, cuando va a comenzar el Congreso de Astronomía en nuestra ciudad y destacados científicos van a recorrer nuestras calles grises y provincianas.

Seguramente será este congreso la verdadera inauguración del Palacio de Congresos de Huesca y la piedra de toque de dicha infraestructura. Es de esperar que el mismo Alcalde, Fernando Elboj, asista a los actos (nunca se pierde una foto, sea fútbol, bailes de salón o petanca) y podrá comprobar lo exultante de su obra. ¿O no?

Y es que, todavía sin terminar de pagar a Hinaco la obrita, ya planea una nueva empresa faraónica, un nuevo campo de fútbol en sustitución del Alcoraz en el que quepamos todos los oscenses, nos guste o no el balompié, y de paso podamos contemplar su agusta figura, rodeado de la corte y su guardia pretoriana, al tiempo que "paseamos" el nombre de Huesca por las urbes de nuestra piel de toro. Ése, es el verdadero objetivo político de nuestro hombre, bueno ese y su promesa-cartel electora, la zona WIFI en el Parque Miguel Servet.

Con la recesión encima, la empresas cerrando y el miedo en el alma, nuestro alcalde ve más allá y sabe que la inmortalidad la dan las grandes obras, es lo que queda. De los muertos no se acuerda nadie. Lo sabe como historiador que es. ¿Quien recuerda el nombre de los legionarios que acompañaron a César en la conquista de las Galias? Nadie. Sólo a César.

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