Al igual que un rosario se van desgranando los escándalos del Ayuntamiento oscenses. Plazas mal convocadas que tienen que ser anuladas (las últimas de policía local), plantas de marihuana en las naves municipales, y ahora el jefe de bomberos.
¿Le están estallando los escándalos al actual equipo de gobierno en las manos o por el contrario los escándalos son voladuras controladas por parte del mismo que pretende poner orden dando ejemplo con las rosas que más destacan? (Creo que la metáfora de Camapana de Huesca es de lo más acertado en esta ocasión)
Lo cierto es que hace ya años que los rumores sobre ciertas actitudes de algunos empleados municipales estaban presentes en los mentideros oscenses, algunas de ellas muy enquistadas, pero también es cierto que estos rumores se han disparado en los últimos años.
También es cierto que a la gestión municipal se ha teñido de algunas sombras (Área 3, Harineras...), en muchas ocasiones alimentadas por unos medios de comunicación que buscan más la noticia impactante que recoger una información veraz y objetiva. Todo ello es cierto, pero, de una manera u otra, la realidad es que la sensación ciudadana es de un creciente deterioro en la vida propia del Ayuntamiento.
Mientras tanto, un funcionario de la casa, Luis Felipe, es el llamado a poner orden en semejante avispero al tiempo que el Alcalde se entera de soslayo desde su sillón del Senado. ¿Será capaz Luis Felipe de comenzar una limpieza que termine, para bien de todos, con un cierto orden y decoro en la actividad municipal o por el contrario está tan sólo de bombero atendiendo a los incendios más escandalosos?
El voto de confianza debe estar presente siempre. El trabajo silencioso es el más efectivo y parece ser que lo del Jefe de Bomberos estaba siendo investigado desde hace tiempo. Si es así, excelente. Es más, confiemos en que tenga encima de su mesa unos cuantos expedientes más y que los culmine con éxito para que los ciudadanos oscenses podamos estar tranquilos respecto a la transparencia y honradez municipal.
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