Ahora resulta que las cuentas no están claras. Después de tantos meses de retraso los grupos de la oposición (CHA y PP) dicen que no les salen las cuentas, en concreto las del Palacio de Congresos. Tienen serias dudas sobre la partida que se destina al pago de lo pendiente del Palacio y creen que lo que hay detrás es una nueva desviación presupuestaria del mismo.
Esto es el cuento de nunca acabar. Es un pozo sin fondo que se va a chupar hasta la última gota de la sangre del Ayuntamiento (que en definitiva es la nuestra).
Si es cierta la denuncia del PP y CHA la cosa es para nota, y alta. Por dos motivos. En primer lugar porque si lo que han detectado es tan sólo un error es para solicitar de manera inmediata la dimisión de la concejal de Hacienda que es incapaz de llevar las cuentas claras en la economía municipal, es decir, saber cuanto se tiene y cuanto se debe. Sería una chapuza de primer orden. En segundo lugar, si no es un error, si esas cantidades responden a la realidad, entonces la cosa empeora ya que hemos tenido un nuevo desvío presupestario (otro más en la ejecución del Monstruo) que pretendía ser colado de soslayo. Y eso es hacer trampas, es mentir, no sólo a la oposición, es mentir a la ciudadanía, es creer que el Ayuntamiento es su cortijo para hacer y deshacer como les venga en gana sin rendir cuentas a nadie. Entonces, si hubiese un mínimo de dignidad no sólo debería solicitarse la dimisión por parte de la oposición, debería ser pedida por lo concejales honrados del equipo de gobierno (que alguna habrá) y plantear al Alcalde su cese inmediato. En el caso de que no se produjeran ninguna de las dos cosas habrá que entender que son cómplices.
Y quede bien claro que en esta complicidad incluyo a los dos concejales del PAR.
Ahora bien, en caso de que la denuncia del PP y CHA no sea cierta dejará en evidencia dos cosas: por una parte que no hay recambio municipal, que no merecen ser votados y que se columpian con cosas muy serias. Por la otra que inmediatamente debería pedir disculpas por la alarma social que desatan semejantes afirmaciones.
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