Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

jueves, 24 de septiembre de 2009

Al paso alegre de la paz

Y es que al paso alegre de la paz estamos perdiendo la guerra. No una guerra cualquiera, la guerra de Afganistan. Al menos así lo reconocen los yanquis que han pedido un cambio de estrategia (más soldados seguramente y todo eso)

Los sociapijos españoles, alumnos aventajados, ya han acordado con el PP y el resto de derechas españolas el envío de 220 militares más lo que hace una suma de casi mil. Aún así y todo son pocos. Los talibanes están ganando la guerra.

Claro que para los sociapijos españoles no estamos en guerra, estamos en una misión de paz. Sí, es cierto que de vez en cuando tenemos algún pequeño intercambio de opiniones con los talibanes (en el último matamos a 13 de ellos) pero todo dentro de la misión de paz que tenemos, es decir, con buenas palabras, buen entendimiento y buen rollito.

¿Quizá se pregunten ustedes qué hacemos en Afganistán? Bueno, defendemos nuestros intereses.

Caramba, ahora ya defendemos nuestros intereses en las montañas afganas a base de tiros. En eso cada día nos parecemos más a los yanquis que cada vez que hacen una guerra, sucia o limpia, la hacen en defensa de los intereses de América.

Cuando España envió sus soldados a pegar tiros a Afganistan los sociapijos españoles lo justificaron con el tema del burka, de la sanidad para las mujeres, la educación... en definitiva llevar la libertad y la democracia a ese país.

Pasado el tiempo (unos años) ya no emplean esa cohartada por ser demasiado burda y los sociapijos españoles han buscado y encontrado en otros discursos otra justificación: la defensa de nuestros intereses.

Y es que quieren que Afganistan sea al menos como lo fue en los años 80 del pasa siglo en cotas de libertad, de igualdad, de desarrollo humano... o al menos un porcentaje de aquello. Un porcentaje de aquello que Rambo se encargó en liquidar porque... bueno, no entremos en esas cosas.

Así que concluimos que al paso alegre de la paz el Congreso envía más militares a una zona en guerra para repartir caramelos. Otra promesa cumplida de ZP.

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