Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

viernes, 2 de octubre de 2009

Pobre Obispo... ¡es tan pobre!

Sí, el Obispo de Huesca viste con harapos. La Iglesia Católica española, tras años de infame persecución por parte de las hordas rojas se ha quedado en la ruina. Suerte que un redivivo San Pablo, convertido tardíamente, ha posado sus sentaderas en el Palacio Consistorial para enmendar tanto error. (Observesé que pongo como ejemplo a San Pablo como ejemplo de convertido al cristianismo y no a otro famoso converso, Torquemada, aunque al paso que vamos todo se andará)

La Gracia Divina se ha desparramado por estas tierras oscenses y poco a poco se van recuperando, para mayor gloria de Dios (y de sus gentes), viejas tradiciones otrora gloriosas y que creíamos ya pasadas.

Nuestro converso Alcalde (converso a las misas, a las procesiones, al fútbol, a las migas populares...) ya hace tiempo que resuelve con tenacidad y para admiración de extraños, los problemas históricos de nuestra Santa Madre Iglesia en la ciudad de Huesca.

¿La falta de vocaciones? No, es un tema menor.
¿La falta de creyentes los domingos en el Templo? Tampoco, carece de importancia.

¿Entonces? Entonces los asuntos realmente importantes, los económicos. Sí, el Alcalde ha visto la Luz y el origen de todas las soluciones. La perras.

Así que no sólo arregla Iglesias con dinero de creyentes y no creyentes, pasos de Semana Santa y demás menesteres. Además, viendo la pobreza de la Iglesia ha decidido regalarles un terrenito, un solarcito (que es de usted y mío) a la Iglesia oscense para que puedan construir un nuevo Templo (que es la casa de Dios aunque esté en todas partes) para que el rebaño (menguado pero rebaño al fin y al cabo) del futuro barrio de San Francisco de Asís (ya se sabe que los barrios en Huesca los decide y pone el nombre el Obispado), pueda reunirse en templada oración los domingos y fiestas de guardar.

Bendito seas, o Fernando, tú, que estás cada día más cerca de la Verdad y la Luz.

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