Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

martes, 5 de enero de 2010

Greenpeace

Si algo debemos a esta gente es que fueron los primeros que, con carácter internacional y gracias a acciones muy llamativas, comenzaron la lenta concienciación de los problemas medioambientales del planeta.

Innovadores, transgresores y atacando al sistema desde dentro del sistema. Al principio eran folclóricos, luego llamativos y ahora comienzan a ser peligrosos. Y lo de peligrosos no es por el tipo de acciones de denuncia que realizan, siempre desde la movilización y la no violencia, sino por lo que denuncian y porque, y sobre todo, tienen cada vez más eco entre la ciudadanía.

Ése, y no otro, es el motivo por el que hay cuatro militantes de Greenpeace en una cárcel danesa como si fueran asesinos o terroristas.

Su acción, el colarse en una fiesta yuppie de jefes (mejor de jefecillos) de potencias mundiales y desplegar una pancarta que venía a decir "los políticos hablan y los líderes actúan" no deja de, como mucho, considerarse una gamberrada. Sobre todo cuando el coche oficial decía en su cartel "República de Greenpeace".

La democracia occidental está asustada de sus propios desmanes y desafueros. Las consecuencias del capitalismos las estamos empezando a pagar ya todos nosotros. En estas fechas tan entrañables de la orgía consumista, en plena crisis económica, la salida a la misma que plantean nuestros próceres es continuar arrasando el plantea y en todo caso culpar a Chaves, el de Venezuela, que es el nuevo diablo (con permiso de Al Qaeda)

Cárcel, incomunicación y escándalo internacional. Pero todo eso da igual, las gamberradas de esos jóvenes ecologistas ya no son sólo gamberradas, son denuncias firmes a las que las democracias capitalistas no tienen respuesta. Bueno sí, la represión.

1 comentario:

josefina dijo...

Y seguimos con la REPRESIÓN, y eso que presumimos de gobiernos democráticos. Siguen manejándonos como si fuésemos corderitos, y si uno se sale de la fila ufffff.
Un abrazo