Huesca y el burka

Nos informa Radio Huesca que el Ayuntamiento no tiene intención de prohibir el burka en los espacios municipales. Y lo hace a través de la concejal de Servicios Sociales Flor Ardanuy. Dice la concejal que no se lo han planteado y que no ven la necesidad.

Claro, este debate es muy suculento. El pasado sábado el Informe Semanal profundizaba en el tema, en el debate en Cataluña, los motivos, las posiciones de los partidos, de los alcaldes... y la realidad: se han detectado seis casos de mujeres con burka en todo Cataluña. 6 casos, 6 (epanadiplosis). Es más, algún concejal decía que en su pueblo había 1 ó 2 casos, que no sabía muy bien si era la misma mujer o no.

A favor de la prohibición los argumentos más claros fueron, como no podían ser de otra forma, de concejales del PP. Sencillos: si vienen a España que se integren y que vistan como nosotros, ¡no queremos imposiciones!

El resto alegaban razones peripatéticas, es decir, en vez de incidir sobre el debate hablaban de razones de seguridad, de dignidad, de... en definitiva, tonterías.

Ejemplos: si una persona decide ir disfrazada por la calle con unas enormes gafas de sol, una peluca y una barba postiza... ¿Se prohibirá esa forma de vestir, esa indumentaria por motivos de identificación y de seguridad? ¿Bajo que concepto? ¿Somos todos sospechosos? ¿Y teñirse el pelo? ¿Atenta contra la necesaria identificación que tenemos, como obligación, parece ser, todos los ciudadanos?

6 casos en Cataluña. Bastantes menos que problemas de violencia doméstica, de abandono familiar (a ancianos o menores), de alcoholismo, de otras lacras... 6 casos. Y además identificados. ¿Acaso no pueden actuar los servicios sociales para saber si hay detrás violencia, humillación, vejación hacia la mujer que los lleva y realizar acciones puntuales?

La hipocresía en este asunto es mayúscula y por eso digo que los únicos que muestran de verdad sus cartas son los peperos, los demás marean la perdiz.

Cierto es que su discurso se enraíza en los mismos oscuros lugares que los que gritan moros no, España para los españoles, y demás atrocidades xenófobas, pero al menos no empaquetan el discurso.