Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

jueves, 17 de junio de 2010

Una duda sobre la reforma laboral

Bueno, parece claro que quien ha provocado la crisis es el mercado (el municipal de Huesca, por motivos obvios, no es responsable) y como es culpa del mercado (que no de los mercaderes) nadie le puede poner cara.

Para nada recordamos a esos políticos que llevaban en sus programas (y todavía llevan) que el mercado debía regular la economía y por lo tanto dijeron que el Estado no debía intervenir en la espera de la economía.

Es decir, el PP y el PSOE pusieron a guardar a las ovejas al lobo y cuando el lobo se ha comido a las ovejas dicen que la culpa es del lobo. Está bien. Aceptaremos pulpo como animal de compañía.

También parece claro que los que tienen que pagar la crisis son los trabajadores. Es cierto que durante los años de bonanza económica las rentas de los trabajadores no sólo no aumentaron (aunque fuese a un ritmo menor que los beneficios empresariales), tampoco se quedaron igual, no, que va, perdieron en torno a un 5% de poder adquisitivo, y eso que entonces España iba bien. Bueno, pese a eso, también está claro que la crisis la tienen que pagar los trabajadores.

Nuestro gobierno, que para eso es lo que es, y con sus miras puestas en la salida de la crisis, por el bien de todos, comprende el mensaje de los mercados (¿todavía está el lobo guardando al rebaño?, parece ser que sí) y la emprende con una reforma laboral.

Sus argumentos son: si se abarata el despido, si se flexibilizan las relaciones laborales, si los trabajadores tienen menos derechos laborales... las empresas serán más competitivas, ganarán más dinero y, al final, crearán puestos de trabajo.

Dando por válidas estas afirmaciones (como diría algún lector del blog, cuestionarlas es no ser moderno) me surge una duda, una duda de magnitudes.

Si tenemos tan claro que para ser competitivos los trabajadores deben perder derechos, deben suponer un menor coste a la patronal y al Estado, entonces ¿por qué no hacer un recorte mayor? ¿Por qué no se propone, por ejemplo, rebaja un 30% el salario, que no se cotice a la seguridad social y quitar esas molestas cotizaciones del seguro del desempleo?

De veras que no lo entiendo, si la solución es esa, no entiendo porqué nos dan tan poca dosis de tan brillante medicina.

¿O es que la respuesta es que nos la van a dar toda, que no me queje, pero en dosis pequeñas, ahora la reforma, después otra cosa y así hasta tragarla entera?

Pido ayuda, que no lo entiendo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Si usted quiere vivir en un mundo donde muchos productos resultan muy baratos, productos de primera necesidad como la comida y la ropa, gracias a que los fabrican trabajadores del tercer mundo que ganan muy poco, lo lógico va a ser que aquí se termine cobrando lo que cobra un trabajador del tercer mundo. Es la ley de la competencia.

Lo que es muy difícil de mantener es nuestro nivel de vida a costa del trabajo de los chinos, por ejemplo.

Déjeme recordarle que una buena parte de la deuda de los países occidentales está contraída con China. Ese país comunista.

Quizás es hora de que mejoren las condiciones de trabajo de los chinos. Para ello, estaría bien que les pagáramos lo que les debemos. Y quizás para ello aquí haya que ponerse a trabajar como chinos.

Espartaco dijo...

Es un punto de vista. Yo tengo otro.

Niego que los productos de primera necesidad sean más baratos si se traen de fuera. Lo puede comprobar usted mismo comprando frutas y verduras en una frutería de barrio o en un gran supermercado. Pero si no me cree lo puede comprobar en todas los estudios que hacen las asociaciones de consumidores. Son más baratos y de mejor calidad. ¿Por qué? Porque no hay intermediarios, porque no hay monopolio en la distribución y cada día más en la producción.

Dicho lo cual, es decir, desmontado un mito muy extendido, caben las propuestas políticas, por ejemplo tasas a las importaciones de productos que tengan un objeto social, es decir, a peores condiciones laborales más elevadas las tasas a la importación.

Claro que eso va en contra de esta globalización neoliberal que prima al capital por encima de cualquier otra circunstancia (incluso las patrióticas)

En todo caso, ¿es usted partidario de rebajar salarios hasta, por ejemplo, el de los chinos?

Anónimo dijo...

la de la cita de ayer sobre la lamentable actuación de la izquierda en la república era Clara Campoamor. Tuvo que marcharse del Madrid republicano en guerra porque temía por su vida.
Puestos a pedir que se pida perdón por cosas que pasaron hace decenas de años, la izquierda podría plantearse pedir perdón a todas las mujeres de España por haberse opuesto a que las mujeres consiguieran el derecho al voto.

Espartaco dijo...

Y también por las mujeres que fueron fusiladas, rapadas, violadas, encarceladas, ultrajadas por el Movimiento Nacional, no te jode.

Anónimo dijo...

Seguro que sí. Pero usted no cree que la izquierda deba ponerse al mismo nivel que los que cometieron esos crímenes y no pedir perdón. Seguro que no.

Espartaco dijo...

Por zanjar el asunto. La izquierda europea hace mucho tiempo que condenó todos los crímenes de estado que se produjeron en su nombre, condenó el stalinismo, condenó los asesinatos de estado, se desvinculó de ellos, renegó de los mismos (vea usted, por ejemplo la historia del PCE)

Es por eso que la izquierda hace tiempo que tiene asumido su pasado y puede ir con la cabeza muy alta.

Pero lo que a usted le pasa, y a otros muchos, es que es un gran desconocedor de la historia, no por ignorancia sino por propia voluntad, para tener que mirar en el interior de su conciencia.