Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

viernes, 29 de octubre de 2010

Marcelino Camacho

Marcelino Camacho    


Todo un ejemplo de sencillez y valores.




Hay muchos patitos que, o no vieron en su momento o no lo entendieron.


Hoy, toda esa sencillez, todo ese afán didáctico de un programa infantil juvenil sigue estando en plena vigencia.  Efectivamente, no fue un triunfador, fue un luchador.


9 comentarios:

Víctor C. dijo...

Un ejemplo a seguir. D.E.P. Marcelino Camacho.

Espartaco dijo...

Me he dado un paseo por diferentes medios de comunicación para ver las reacciones a la noticia en los comentarios a la misma.

En Público lo esperado, en El País impresionante respuesta. En El Mundo un tratamiento de cariño y respeto, también muy mayoritario, en ABC de respeto a su honradez, menos comentado pero igualmente masivo, La Razón con mayor número de franquistas entre los comentarios y opiniones divididas.

En otros como los de Fedeguico y su banda no he entrado para no tener que pasar mal fin de semana por hacer mala sangre.

En definitiva, una persona honrada, coherente y de izquierdas reconocida por todo el mundo.

Lo más triste de la jornada la visita del Borbón que no se pierde ni una para hacerse la foto. Buen artículo el que publica Víctor en su blog.

Anónimo dijo...

Otro que va a hacerse la foto. No ganan ustedes para santos.
Y además han acudido: Aguirre. Cospedal, el príncipe Felipe, el jefe de la patronal...
Ale, vayan todos a hacerse la foto con el santo.

Anónimo dijo...

Un ejemplo a seguir. En su capacidad de lucha por la democracia, incluyendo la utilización de las instituciones del régimen, los sindicatos verticales, huyendo de los dogmas. En su capacidad de lucha incansable por los derechos de los trabajadores.También en su capacidad de negociar, de ceder si era necesario por un iteres común, como cuando suscribió los pactos de la Moncloa, con importantes renuncias a derechos laborales, o como cunado, como diputado del PCE, apoyo esta constitución, Borbón incluido. La lucha contra la dictadura le valió la cárcel, su capacidad para la negociación y el consenso los ataques de la izquierda fundamentalista y de otra que sin serlo utilizaba argumentos fundamentalistas para intentar erosionar a CCOO. En cuanto a la visita del Borbón a la capilla ardiente Josefina parecía encantada y eso es lo que importa.

Espartaco dijo...

Efectivamente, fue un ejemplo. Pero no fue un ejemplo por ser represaliado del franquismo, de esos hay muchos, ni por dedicar su vida entera a unos ideales, que también los hay a miles, lo es por su extraordinaria honradez: llegó a lo más alto y al contrario que la gran mayoría no abandonó sus principios. Nunca dejó de ser comunista (del PCE), nunca dejó su estilo de vida y nunca renunció a sus valores e ideas. Tal fue así que el pérfido Antonio Gutierrez llegó a mandar a la policía para sacarlo de su despacho de CCOO. Sí, ese sindicalista moderno que aborrecía a la "izquierda fundamentalista" lo desalojó del sindicato a base de porras. ¿Por qué? Porque Marcelino representaba a esa "izquierda fundamentalista"

Anónimo dijo...

Precisamente de traicionar los principios le acusaban los de la izquierda autentica, pura, inmaculada. Por firmar los Pactos de la Moncloa, con liberalización del despido y contención salarial, por apoyar la Constitución, con su Título II, el de la corona, el Rey el heredero y demás. Pero claro a usted solo le interesa Marcelino desde el momento que se enfrenta a Antonio Gutiérrez, el reverso tenebroso.

Espartaco dijo...

¿En el 78? Sí, cierto, como el resto de militantes del PCE. Creo que están bastante arrepentidos. Un ejemplo es que las banderas rojas con la hoz y el martillo fueron tan numerosas como la tricolor el día de su despedida. Aquellos tiempos fueron tremendos pero el tiempo puso a cada uno en su sitio, Marcelino, junto a otros, permaneció donde quería estar, con sus errores y aciertos, otros, aquellos puristas acabaron donde acabaron, unos de ministros, otros de alcaldes...

Meter la pata no es condenable, meter la mano sí, por eso, por la tremenda humanidad de Marcelino (se equivocaba, lo reconocía y trataba de enmendar el error) es por lo que ha recibido este homenaje.

¿Pudo equivocarse? Sí. ¿Traicionó sus principios y valores? No.

Anónimo dijo...

Quizá, es un suponer, los errados son los que se empecinan en seguir defendiendo una ideología que ha demostrado no traer ni libertad ni igualdad, sino miseria y terror, pero claro y usted es el que juzga errores, aciertos y traiciones. Como son los totalitarios, que afán por juzgar.

Espartaco dijo...

Bueno, bueno, confunde, permítame la expresión, el culo con las témporas.

"Una ideología que ha demostrado no traer ni libertad ni iguladad, sino miseria y terror"

Mire, que en la URSS o en Corea se escudaran tras una ideología para crear una dictadura no quiere decir que los valores de la izquierda generen esos resultados cuando, precisamente, sus postulados dicen todo lo contrario.

La izquierda habla de igualdad y de libertad. La derecha dice que la igualdad no puede existir y que por ende la libertad estará supeditada a la primera. La ideología conservadora sí justifica, en el plano teórico las desigualdades, no lo hace la izquierda.

Mantener esos principios ¿le parece un error? Cosas veredes amigo Sancho.