Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

lunes, 15 de noviembre de 2010

A propósito de Felipe

No, no había entrado a valorar las declaraciones de Felipe González sobre sus problemas éticos y la oportunidad de acabar con la cúpula de ETA.  Y es una lástima.  Qué decir de este personaje, tan sólo que una vez fue un demócrata pero que con el paso del tiempo tuvo dudas y quizá ya no lo sea.

¿Qué me lleva a esta reflexión?

Un magnífico artículo de Juan Carlos Monedero publicado el pasado Sábado en Público titulado EL EXTRAÑO OTOÑO DE GONZÁLEZ y que paso a reproducir íntegramente:

Se desnudan los ex presidentes sólo bajo fuego amigo. De ahí que suela ser más previsible el lugar que el contenido. Las primeras lluvias del otoño nos traen las reflexiones de Felipe González.
Afirma el que fuera primer presidente socialista que estuvo de su mano volar a la cúpula de ETA. Y que anduvo pensándolo y pensándolo. Y que no lo hizo. Pero que le hubiera bastado chascar los dedos. ¿Tan sencillo era? Igual es por el otoño que avanza, pero el escalofrío es inevitable. Imaginemos que hubiera mandado reventar sin juicio a esos ciudadanos (terroristas, pero ciudadanos), ¿lo habría reconocido como hizo Margaret Thatcher con los miembros del IRA asesinados en Gibraltar en 1988, o se los hubiera endosado a los GAL? La respuesta parece sencilla. Otro acto de incontrolados. Asuntos de esa democracia que, decían, gozaba de tanta calidad como para hacerla
exportable. La derecha, tan católica, hubiera dicho: no hay mal que por bien no venga. Y Fraga, con el franquismo aún caliente en los tirantes y en los nudillos, hubiera soltado alguna fresca de esas que helaban el aliento y detenían el tiempo. Los demás apenas contaban.

Pasado el tiempo, el ex presidente hace balance. No sabe si se equivocó. Lo que quiere decir que rondan por su cabeza profundas razones para pensar que quizá hubiera debido dar la orden. Qué firmeza moral en esa duda: ¿asesino a unos cuantos seres humanos o no los asesino? Mira que le veo ventajas… Hubiera salvado vidas, dice. Cosa poco creíble. Como esos ajustes de cuentas entre mafias, cárteles o grupos fuera de la ley, hubiera alimentado odio y algunos centenares se hubieran sumado a la lucha armada con razones que antes no tenían. La tesis absurda de ETA (esto es una guerra) habría cobrado fuerza. Más dolor, más odio, más rencor, más problemas. El avance hacia su propio otoño podía haber reforzado el humanismo en Felipe González. Pero ocurre todo lo contrario. Nicolás Salmerón, presidente de la I República española, nunca lamentaría haber renunciado por no querer firmar penas de muerte. Y eso que eran legales. Tiene razón Felipe González. Ya no hay estadistas como los de antes.
“Una de las cosas que me torturó durante las 24 horas siguientes fue cuántos asesinatos de personas inocentes podría haber ahorrado en los próximos cuatro o cinco años”. Salvar vidas…Fue el argumento para explicar las bombas de Hiroshima y Nagasaki. El argumento, que no la causa real. Se lanzaron para frenar el avance soviético por el Pacífico y hacer un recordatorio a la URSS de que Estados Unidos iba a ser la nueva potencia mundial. ¿Cuál hubiera sido la verdadera razón de González? ¿Salvar vidas de inocentes? No. En democracia, no. Ejecutar sin juicio para defender la inocencia de la ciudadanía es una perversión del orden democrático. Con nuestros impuestos. Da más luz pensar en una débil democracia procedente de una débil Transición que había dejado intactos los servicios de seguridad del franquismo. Una débil democracia que no dudaba en aplicar lo que Franco había hecho con los republicanos: ejecuciones extrajudiciales. El peso del franquismo sociológico era demasiado fuerte. Ya lo había anunciado el estadista González: las democracias se defienden también en las alcantarillas. Era una de las posibles concepciones de la democracia: democracia de alcantarilla. Otoñal, González se despoja de prejuicios propios de demócratas buenistas. Hide vence al doctor Jeckyll. Son los privilegios de los estadistas en el otoño de su sabiduría.

“Es que todavía hoy no se puede contar eso…”. No estaría de más escuchar alguna verdad. Nos dejó a Aznar subido en la prepotencia de vencer a un Gobierno corrupto; a Fraga convertido en la prueba de que se podía ser demócrata sin ser antifranquista; a la Iglesia subida a los altares y al monte; a una monarquía con una querencia excesiva a ir de caza con amigos de lo ajeno (los Albertos, Colón y Prado de Carvajal, Mario Conde, De la Rosa), pero encubierta en un relato de papel couché y glamour. ¿Qué se puede contar, Sr. González? Mirando hacia atrás, le preocupa sólo la corrupción. No nos gustan los ladrones. Somos cristianos viejos y de dinero no hablamos. Sin embargo, lo del GAL, nos dice usted sin decirlo, no quita prestigio. Eso de poder mandar asesinar es de auténticos hombres de Estado. Y se atreve a citar a Azaña. Repase el debate parlamentario sobre los sucesos de Casas Viejas. Notaremos una gran diferencia entre el Azaña dolido y el jactancioso que afirma: los pude volar a todos. Me debéis la vida. Tanto que aún me permito preguntarme si no debí hacerlo. “No te estoy planteando el problema de que yo nunca lo haría por razones morales. No, no es verdad”. Los estadistas como González no tienen problemas morales.
Queda otra pregunta en el aire. ¿Por qué ahora? ¿Para ayudar en el fin de ETA o para complicarlo? ¿Es una simple afirmación personal? ¿Se siente fuerte ahora que ha doblegado al impertinente Zapatero que no había querido escucharle al comienzo? ¿Está cobrando la foto malditizada en donde abraza a Vera y Barrionuevo a la entrada de la cárcel de Guadalajara? ¿Se está postulando a algún cargo internacional?
Me perdonan, pero, al menos desde Maquiavelo, la ingenuidad no es pasto de la política. Aunque algunas viejas ecuaciones parece que se van despejando.

Juan Carlos Monedero es profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid


Se puede leer en su fuente aquí

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Felipe, probablemente, se equivoco. todos cometemos errores.

Espartaco dijo...

Se equivocó, sí, pero ¿en las declaraciones o en su decisión?

Víctor C. dijo...

Lo que les sucede a muchos expresidentes de gobierno es que a medida que va trascurriendo el tiempo sienten que cada vez tienen menos influencia en la vida política y en consecuencia en la vida de las personas y necesitan demandar la atención que ya han perdido. Ésto es lo que le ha sucedido a González y ésto es lo que hace que ánimo de protagonismo quede priorizado respecto a las posibles "cagadas" que se pueden cometer con determinadas declaraciones.

González al realizar esas declaraciones incurre en una posible apología del terrorismo de Estado y sin lugar a dudas nos hace concluir que él estaba enterado de primera mano de todo aquello que se estaba urdiendo en la guerra sucia contra ETA, es decir, nos mintió cuando en aquellos momentos decía que de esa guerra sucia él se enteraba por la prensa.

Por otra parte, si él hubiera decidido volar la cúpula de ETA no hubiera evitado muertes venideras debidas al terrorismo, pues eso hubiera alentado aún más el ánimo de lucha de la izquierda abertxale y su sentimiento de odio hacia lo español se hubiera acrecentado.

Anónimo dijo...

Si González tuvo en su mano acabar con la cúpula de Eta y no lo hizo tomó una mala decisisón. Si no lo hizo antepuso sus propios intereses políticos y electoralistas a los intereses del Estado. Su obligación como presidente era acabar con esa sangría al precio que fuera.

Además, también se equivocó electoralmente. A pesar de que todo el mundo sabía quién estaba detrás de los GAL, siguió ganando elecciones sin problemas. Y eso demuestra que la opinión mayoritaria, incluso entre sus votantes, estaba a favor de la guerra sucia, si eso adelantaba el final de ETA.

Víctor C. dijo...

No entiendo a la derecha. Siempre arremete contra el PsoE con el asunto del GAL, en la actualidad incluso son capaces de sacar el tema con motivo de desacreditar al nuevo vicepresidente del gobierno Pérez Rubalcaba, a la vez que vemos que estarían dispuestos a volar la cúpula de ETA utilizando medios no contemplados por el ordenamiento jurídico ni por el Estado de Derecho, con lo que dicen que González se equivocó al tomar la decisión de no volar la cúpula de ETA por motivos de legalidad.

Víctor C. dijo...

En qué quedamos derecha española, ¿Estáis de acuerdo con la existencia del GAL o no?

Espartaco dijo...

Supongo que nuestro querido anónimo es el anónimo habitual que constantemente viene demostrando que es un "demócrata de toda la vida" de esos que tanto abundan, no como nosotros, malditos izquierdistas que creemos en aquello del imperio de la ley y todas esas monsergas.

Anónimo dijo...

Le contesto yo, uno de los anónimos que ha intervenido.
Déjeme decirle que me asombra la capacidad que tiene usted, Víctor C., de identificar con "la derecha" a cualquier persona que no coincida con usted, que presuntamente se pone del lado de "la izquierda". Yo, desde luego, no estoy en "la derecha".

Y estoy y estuve de acuerdo con la existencia de los GAL. Y creo que quienes entonces, no tanto la derecha política como la mediática (Pedro J. y compañía) arremetieron contra los GAL por intereses puramente políticos y comerciales (por vender más periódicos) van a ser juzgados por la historia, y bien pronto.

El final de ETA se acerca, y con él llega también la hora de la victoria. Y en esa hora ya no va a haber zonas grises, sólo va a haber héroes y villanos. No le quepa duda de que la historia, y la sociedad española, va a poner a González, Barrionuevo, Vera, Galindo, etc. en el grupo de los héroes, de los que pusieron el interés del estado por encima de sus propios intereses.

Anónimo dijo...

pero a quien vas a dar lecciones de etica tu, a quien. Si Felipe hizo algo malo no lo hizo por beneficiarse el. Y tu que, hipocrita.

Espartaco dijo...

Lo dicho, el imperio de la ley, la presunción de inocencia, el derecho a un juicio justo, los valores de la libertad y la justicia por encima de todo, el respeto a la vida estando en contra de la pena de muerte...

Paparruchas. Y lo asombroso es como los "demócratas de toda la vida" justifican sus valores democráticos con todo tipo de argumentos.

Son los mismos razonamientos de Bush defendiendo la tortura en su etapa de presidente "evitar mayores muertes de inocentes y todo eso"

Lo dicho, sólo los asquerosos izquierdistas llevan a tal extremo sus valores democráticos. Será por eso que el otro día decía de mí mismo que soy un radical, pues miren en esto también.

dAv!d dijo...

Otro artículo para la reflexión y que considero de tu interés:

http://blogs.publico.es/versionlibre/249/chavez-y-los-bancos/

Anónimo dijo...

No, ser un radical en esos valores, o sea, ponerlos por encima de cualquier otra consideración, no es ser izquierdista ni derechista: es ser idealista. Y ese idealismo, y esos valores, se dan tanto en la derecha como en la izquierda. En contra de la pena de muerte puede estar usted y un testigo de jehová. De la libertad, de la presunción de inoncencia, etc. tenemos que aprender mucho de los EE.UU., no precisamente un paraíso del izquierdismo. No confunda: esos valores no son patrimonio de la izquierda ni de la derecha.

Los gobernantes, por definición, no pueden ser idealistas. No sirven a unas ideas ni a unos principios, sino a una nación y a un pueblo.

Precisamente cuando dejan de servir a ese pueblo y se ponen a servir a unos "ideales" (Hitler, Franco, Stalin, etc.) es cuando hay que echarse a correr.

Espartaco dijo...

Tiene razón en una cosa, que en nombre de las ideas se han cometido muchos asesinatos. El sueño de la Razón produce monstruos decía Goya allá por los inicios del XIX.

Pero esas pesadillas no deben ser ningún obstáculo para que los ideales de igualdad, justicia, libertad... lleguen cada vez más lejos.

Usted dice dos cosas. Que ser demócrata a ultranza, que aspirar a que los valores de los que dimana todo nuestro corpus legal, nuestra constitución, sin ir más lejos, deben tener como límite la realidad. Y claro, es usted (o ustedes) los que dicen donde empieza la realidad y donde el idealismo irresponsable.

Mire, el ejemplo de ETA es un claro ejemplo de posiciones de partida: ETA es una banda criminal de miserables que merecen estar en la cárcel. Este blog siempre lo ha tenido claro. Pero igualmente este blog ha tenido siempre claro que estos criminales (u otros) no deben ser ajusticiados fuera del marco legal. Eso nos diferencia de una democracia de mentira (entre otras cosas) Marruecos también es una democracia en cuanto que hay partidos políticos y elecciones pero todos sabemos que eso no es así. ¿Pretende en nombre del realismo político que alcancemos las cotas de inmundicia marroquíes?

Jamás un demócrata de verdad (de derechas o de izquierdas) asumiría ese planteamiento, ni de partida ni de llegada. Es más, si Felipe González hubiese estado en la oposición seguro que hubiera puesto el grito en el cielo.

No, no tiene disculpa de ningún tipo. O se es demócrata en todas sus consecuencias o no se es. O se acepta el Estado de Derecho y el Impero de la Ley o no, no valen medias tintas. Lo contrario nos lleva al despotismo. ¿Con ETA sí y con otros delincuentes no? ¿Por qué? ¿Cual es el razonamiento que nos conduce a este tipo de distinciones? ¿Afinidad, comprensión? ¿Qué hacemos con los maltratadores, los tiramos por la ventana de una comisaría? ¿Y con los corruptos?

Todos sin excepción deben estar bajo los mismos criterios, en caso contrario no hay nada. Lo sorprendente es que exista tanta justificación. Eso es lo grave porque denota una grave enfermedad social. Si conceptos tan básicos como estos se cuestionan, ¿qué nos queda?

Su segunda idea es que esto no es patrimonio de la izquierda. La historia, un breve repaso a la historia europea de los últimos 200 años le responde. Sólo eso.

Vicente Lera dijo...

Miedo me da a mí los demócratas estos de toda la vida que piensan que González debió volar la cúpula de ETA. Eso dice mucho de la calidad moral que poseen.

Un Estado de Derecho que propugna como un valor superior de nuestro ordenamiento jurídico LA PAZ no puede convertirse en asesino por muy justificado que pueda estar. Para eso hay otras armas como el imperio de la ley y sus medidas correctoras, es decir, la carcel.

Pese a que a muchos les joda, esto no es América, gracias a Dios. Quien quiera ver penas de muerte que se vaya a Texas.

Anónimo dijo...

Felipe dudó y aun hoy duda. Otros no hubieran dudado. En Francia desde luego no hubieran dudado y la cúpula de una organización terrorista que hubiera sembrado Francia de muertos con la protección del gobierno español habría volado. No ya una organización terrorista. Un barco ecologista que pretendía protestar contra las pruebas nucleares de esa nación de ciudadanos voló. Y los ciudadanos de la nación de ciudadanos tan contentos oiga. Nadie pidió responsabilidades.

Anónimo dijo...

Por Cierto "Anónimo dijo" No te has enterado todavía que el de los daditos y kir y el papa de Michael Douglas son los que dan el certificado de izquierdista. El que no posee dicho certificado es de derechas o, lo que es peor, socialdemócrata.

Espartaco dijo...

No termino de entender muy bien. ¿Entonces está bien o no está bien matar ecologistas por razón de Estado, como hicieron en Francia? Usted eso ¿lo aplaude o lo condena?

Mire, esto no es un debate insustancial, es una frontera, un límite.

El amigo Vicente Lera con el que discrepamos en muchas cosas tiene claro el concepto (no podía ser de otra manera) y condena todo lo que está al margen de la Ley aunque implique a alguien de su partido (como tantos y tanto otros militantes del PSOE que, efectivamente, no son "demócratas de toda la vida" como usted)

La realidad es que cuando se tocan temas sustanciales cada uno se pone a sí mismo en su sitio. Algunos ya lo sospechamos desde hace tiempo pero hoy vuelve la evidencia.

Anónimo dijo...

Oigan, que no sé qué significa eso del daditos y el kir y el papá de Michael Dougles. Que alguien me lo explique, por favor.

Por otra parte, hablando de cine americano, aquí parece que Espartaco piensa que ser de izquierdas es ser el bueno en una película de policías o de juzgados. Si eso es ser de izquierdas y las películas americanas están llenas de esas ideas, quizás tenga que reflexionar un poco sobre ello.

Respondiendo a otra: no, no digo donde empieza la realidad y donde termina el realismo. Lo dice el gobernante. Eso, precisamente, es gobernar. Lo otro es impartir lecciones de ética, pero el gobierno no es el lugar para eso.

Y, por terminar con un ejemplo: hace unos meses el gobierno pagó un rescate por el secuestro de unos marineros, y no recuerdo muchas voces que gritaran que el estado de derecho se tiraba por la borda.

Yo admiro y admiraré a los políticos que se manchan las manos, y hasta se bajan los pantalones, por su país, o por sus conciudadanos, o por salvar vidas, o por no perder una guerra. A los que cuando no pueden hacer lo mejor posible saben hacer lo menos malo.

Espartaco dijo...

Yo tampoco lo sé, pero no me inquieta.

Con lo del cine americano ya se sabe que la industria del cine es un nido de rojos encubiertos. Pregunte a los del Tea Party y verá lo que le dicen.

La tercera reflexión me preocupa más. Dice usted que el límite de la ley lo marca el gobernante y no la misma ley. ¿Qué diferencia eso con el Despotismo? ¿Acaso el gobernante no está sujeto a las leyes? Eso me preocupa en el caso de que sea verdad, no en el caso de que lo diga un "demócrata de toda la vida" porque esa opinión está en consonancia con lo que ese "demócrata" entiende por democracia: lo mismo que decía Franco "libertad sí, pero dentro de un orden"

Por último una reflexión sobre el gobierno y la ética. En una democracia debe ser lo mismo o si acaso recorrer caminos paralelos. En caso contrario no hay democracia aunque sí gobierno, eso no lo dudamos nadie.

Con respecto a los barcos secuestrados es lo mismo que con respecto a cuando ETA secuestraba y pagaba: interviene la justicia, en el caso del barco también.

Espartaco dijo...

Y por cierto, es el juez quien interpreta la ley, no el gobernante. Es todo eso de la separación de poderes, música que le suena vieja, ya lo sé, pero es la partitura que hemos acordado tocar.

Anónimo dijo...

El bien y el mal, la justicia y la injusticia, no son verdades absolutas ni emanan de las
leyes. Son lo que dice quien escribe las leyes: los políticos.
Un estado de derecho no tiene por qué ser ni más ni menos injusto que uno que no lo sea.
El bien y el mal, la justicia y la injusticia son conceptos morales, que no tienen por
qué coincidir con la legitimidad, que es un asunto puramente administrativo. Lo legítimo
no es ni justo ni injusto, es lo que dice la ley, nada más. Las sociedades donde rige la
sharia, por ejemplo, son estados de derecho, y no creo que nadie en el mundo occidental
pueda decir que son más justas que otras donde no hay un estado de derecho.

Como todos sabemos que las leyes no son perfectas y no pueden recoger toda la casuística
que se pueda presentar respecto al bien y al mal, en todas las legislaciones hay ?casos
especiales?, fondos reservados, etc. y procedimientos heterodoxos.

Lo bueno de las democracias no es esos procedimientos no existan, que existen en todas
porque son necesarios. Lo bueno es que usted pedir que los gobernantes rindan cuentas,
que pierdan elecciones, incluso que vayan a la cárcel como sucedió en España. Pero que un
gobernante se salte la ley no necesariamente hace que se pueda rebajar su catadura como
gobernate. Al gobernante dejarse la moral en el ropero le entra en el sueldo, si es en
pro de la nación, porque la realidad del gobierno siempre es más compleja que el estrecho
marco de las leyes. Otra cosa sería que el gobernante se saltara la ley para, por
ejemplo, meter mano en la caja y llevarse el dinero.

Y el juicio final sobre un gobernante no lo emiten ni las elecciones ni los jueces. Lo
hace la historia.

Anónimo dijo...

Dos cosas más:
- que en el caso de los marineros se forzara todo el ordenamiento jurídico del estado
para guardar las formas, sin que ningún españolito osara siquiera interrumpir semejante
pantomima judicial con un mísero recurso, sólo indica hasta qué punto las excepciones a
la regla están dentro de la lógica del sistema. Ahora usted me dirá que las formas son el
fondo, y yo le diré que usted es además de idealista un formalista, y que contra esa
manera de entender el mundo se levantó primero Hegel y luego los hegelianos de izquierda,
como Marx, y pusieron las bases de todo lo que ha sido la izquierda en los dos últimos
siglos, como usted ha dicho.
- Que me deja ojiplático con su afirmación de que la izquierda, en los dos últimos
siglos, ha sido el adalid del respeto a la ley, a la vida, a las libertades, etc. No voy
a entrar a discutir los detalles con usted porque no puede decir eso en serio, y me temo
que para argumentarse lo que hará será dejar fuera de la izquierda todo lo que no le
interese y con lo que quede hacerse un traje a medida. Pero, ya que el asunto ha empezado
con ETA, me voy a echar atrás no dos siglos, sino treinta y cinco años, cuando yo ya me
afeitaba y usted probablemente no había nacido. Nadie en la izquierda condenó el
asesinato de Carrero Blanco, ni ninguno de los anteriores. Nadie entonces pidió para
Carrero un juicio justo, en un estado de derecho, un Nuremberg español, que no terminara
en pena de muerte. Y nadie en la izquierda actual ha pedido perdón por aquel apoyo a ETA.
Y ahora usted me vendrá con las justificaciones históricas y contextuales, pero yo le
diré que cuando se dice que esos valores idealistas están por encima de todo, o lo están
o no lo están.

Muy pocos años después del asesinato de Carrero el GAL empezó a matar a etarras. Y pocos,
muy pocos, tanto en la izquierda como en la derecha, pidieron cuentas a González. Y los
que lo hicieron fue más por interés electoral que por otra cosa.

Siga usted levantando el dedo, dando lecciones de ética y sentando cátedra. Alguien tiene
que hacerlo. Pero sepa usted que gobernar es otra cosa.

Espartaco dijo...

Toda su argumentación sobre las leyes las basa en preceptos morales (lo que está en linea con su pensamiento) y yo en comportamientos éticos.

Allí radica una enorme diferencia.

Por lo demás creo que las posturas sobre lo que ambos entendemos por democracia y estado de derecho han quedado claras.