Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

miércoles, 9 de marzo de 2011

LADRONES

Hace unos días posteábamos (curioso palabro, voto a brios) sobre las estafas y los estafados.  La reflexión pretendía, como no puede ser de otra manera, poner en evidencia que en muchas ocasiones las estafas son tan geniales que los estafados salen en defensa de los estafadores.

Hoy nos desayunamos con dos noticias que suman en esa línea de reflexión.  Por una parte lo sucedido con la familia Ruiz-Mateos que ahora se destapa: la ampliación de capital era una estafa consciente y desde el principio.  Es gracioso porque los estafados sabían quien era el personaje este y no hacía falta tener estudios (nada más que los de la vida) para saber que no era trigo limpio.  Sin embargo, guiados únicamente por su ideología (alimentada desde los sectores más ultra tipo Intereconomía), apostaron bienes y hacienda a caballo perdedor.  Bueno, guiados por eso y por su codicia, por el interés que prometían.

Y es que nadie da duros a cuatro pesetas y quien todavía se cree esas cosas es que todavía cree en Papá Noel o que el capitalismo es un sistema que resuelve la pobreza.

Bueno, estos estafados, a los que ahora, seguro, les picará el bolsillo, pueden tener el consuelo, en este caso celestial, de que a otros sinvergüenzas la justicia (divina o no) les ha alcanzado.

Sí, las monjitas, tan dulces ellas como el tocino de cielo, esas mismas que en Huesca expulsan de sus casas a los ancianos desvalidos, tenían en bolsas de basura en un armario y en billetes de 500 euros un millón y medio.

Ese dinero puede tener diversos orígenes, propongo algunos: de la familia Ruiz-Mateos, de la trata de blancas, de la droga, de la trata de inmigrantes, del tráfico de armas.  Y pongo estos por poner algunos, se pueden glosar más ejemplos.

De lo que estoy seguro es que sin importar su procedencia cuando el dinero (repito en billetes de 500) pasa por el blanqueador del cepillo, por la cajita de la limosna, se convierte en herramienta de divina para realizar obras de caridad, por ejemplo cuidados paliativos para los drogodependientes, las víctimas de las armas, para redimir a las prostitutas, ayudar a inmigrantes sin techo o, porque no, a la mismísima familia Ruiz-Mateos en su lucha contra el mundo.

Amén.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

En primer lugar, la familia Ruiz Mateos no ha estafado a nadie. Los riesgos de la inversión estaban bien avisados por el Banco de España y además cada uno es responsable de invertir donde le parezca. "Estafar" es "Pedir o sacar dinero o cosas de valor con artificios y engaños, y con ánimo de no pagar." No ha habido engaño porque lo que se vendía estaba a la vista, las cuentas claras por el Banco de España, y lo del "ánimo de engañar" es una opinión suya, sólo eso, una opinión.

En segundo lugar: el origen del dinero de las monjas está claro. Las monjas han cometido un delito fiscal, del que tendrán que responder. Está claro también que las monjas llevan una vida muy austera, vamos, que el dinero no se lo gastaban en lujos. De hecho, no lo gastaban. Y respecto a lo de que maltratan a ancianos o no sé qué, será en Huesca, aquí dan a muchos ancianos comida, cobijo, y a mucha otra gente otros servicios muy valiosos. Estas monjas no precisamente, de éstas una pinta y el resto trabaja, desde hace muchos años. Ése es el origen del dinero.

Espartaco dijo...

Claro, claro, señor enviado divino como abogado de las dulces y temblorosas monjitas... todo el mundo sabe que trabajando se gana un millón y medio de euros que te los pagan en billetes de 500 euros y además lo guardas en bolsas de basura ¿En bolsas de basura?

Hombre, en un carterita, en una maleta, en un portafolios, en un archivador... hasta debajo del colchón pero ¿en bolsas de basura?

Será que tenían conciencia que ese dinero no era limpio ni siquiera lavado con el sudor de su frente (de su trabajo como dice usted)

¿Pero se cree lo que dice o tan sólo lo pone para hacernos reir un poco?

De lo de Ruiz-Mateos deduzco que usted no se siente estafado porque que usted no les dio ni un euro, lo que me parece bien. Es más, estoy seguro que su dinero gozará de buen recaudo en alguna oscura sacristía pero el tema de la estafa (que puede ser legal o no) no lo digo yo, lo dicen las cartas que han publicado los medios de comunicación. Verá, se lo resumo, mientras hacían anuncios diciendo que su grupo de empresas era magnífico le enviaban cartas a Botín diciendo lo contrario.

¿Cómo llama usted a eso? Seguro, que como en el caso de las monjitas, tiene una explicación.

Víctor C. dijo...

Vamos de culo en España como todos los empresarios españoles sean como este caballero, actitudes empresariales de este tipo son un foco de paro.

Sobre el otro asunto de las mojas, la verdad es que todo es muy extraño y muy sospechoso, eso sí, hemos de admitir que la monja pintora es toda una autoridad pictórica, sus lienzos son absolutamente magistrales e impresionantes, no parecen de este mundo.

Anónimo dijo...

Lo de las monjas de Huesca que echan ancianos desvalidos... Creo que no eres objetivo, sin entrar en dimes y diretes típicos de los capazos oscenses, es un caso juzgado, ¿no? Y ahí está la justicia cuando no se está de acuerdo. Creo que seria más serio decir que tras un desencuentro o problema, la justicia ha dado la razón a una parte.
¿Has visto a los ancianos desvalidos por la calle abandonados?
Sin más juicios de valor o valoraciones, no eres justo con esa afirmación. Es mi opinión personal y además hay sentencia judicial coincidente de por medio.
Saludos, y felicidades por el tono general del blog.

Espartaco dijo...

Hola último anónimo. Tienes razón en cuanto a que el tema de las monjas de Santa Clara es un caso juzgado. También hay que decir que hubo un cambio de congregación.

El tema fue noticia en Huesca y fue comentado y además sentenciado en la opinión pública.

Tienes razón con el tema de que no soy justo con mi afirmación, como con tantas otras ya que lo que pretendo es provocar reflexiones. Debo reconocer que no todos los miembros de la Iglesia Católica son iguales y tampoco lo son todas las congregaciones ni todas las parroquias. No pretendo juzgar convicciones y sí posiciones políticas.

Y tampoco quiero juzgar a los miembros sí a las instituciones porque en este caso el respaldo fue del obispado (no sí si fue el impulsor)

Bueno, algún día opinaré sobre la Iglesia y sus miembros en un tono más serio y menos ordinario.