Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

viernes, 15 de marzo de 2013

¡Cuidado, justicia, leyes y jueces sueltos!

Con hastío (dentro de un asombro que no deja de crecer) vemos como los medios de comunicación van desgranando día a día diferentes escándalos relacionados con la corrupción, el poder y el papel taimado (en la mayor parte de los casos) de algunos elementos de la justicia española: caso Noos, caso Campeón, Caso Gürtell, papeles de Bárcenas...

Y mientras la derecha política se incomoda con Gómez Bermúdez por tratar de meter las narices donde no le llaman (¿le pasará como a Garzón que fue inhabilitado por lo mismo?) y envía a sus perros fieles a defender la finca (el fiscal se opone a que declaren los presuntos corruptores), la otra justicia, esa no tan mediática pero mucho más eficaz, continúa sus andanzas a lo largo de la Piel de Toro.

Si ayer se condenaba a una madre desesperada por dar de comer a sus hijos y gastaba menos de 200 euros en un supermercado con una Visa que no era suya, o mientras los fiscales no actúan en casos de flagrante abuso policial, hoy se acusa a Sánchez Gordillo de desobediencia grave y usurpación por ocupar una finca del Estado que se destina a pastar a unas pocas yeguas.

Reproducimos aquí un texto de ATTAC España que opina sobre este asunto.  Que ustedes lo reflexionen durante el fin de semana.


Yo también soy culpable como Sánchez Gordillo


Hace unos días el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía  (TSJA) citó como imputado al diputado de Izquierda Unida Juan Manuel Sánchez por ocupar la finca militar Las Turquillas de Osuna (Sevilla) el pasado verano junto a otros 53 jornaleros, militantes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT).Antonio Aramayona
 – ATTAC CHEG Aragón
¿Base oficial de la acusación? Delito de “desobediencia grave” y  “usurpación”, al ocupar la parcela del Ministerio de Defensa durante 18 días hasta que la Guardia Civil les desalojó el pasado 10 de agosto. Aquellos jornaleros denunciaban así que las 1.200 hectáreas, de las que “Defensa” (¿defensa contra quién? ¿quién nos ataca? ¡Abajo los eufemismos!) utiliza solo 20 ¡para una yeguada!, deben ser consideradas infrautilizadas o en desuso, en lugar de, como espacio y tierra públicas, ser destinadas a dar trabajo y pan al campesinado que carece de ellos y que aspira a laborar en las tierras ocupadas en régimen social de cooperativa.
Según la Constitución de 1978, aún vigente, España se rige por una economía social de mercado, pero, de hecho, “social” ha sido borrado de la vida ciudadana y “mercado” ha sido sustituido por “mercadeo” de los ricos y terratenientes. Por eso suena a sarcasmo que el fiscal del TSJA que lleva el caso haya llegado a afirmar que con la ocupación de la finca militar  “estaríamos ante una hipótesis delictiva específica, de signo colectivo, que protege un bien jurídico de marcado acento social”. El “marcado acento social” de la finca Las Turquillas de Osuna solo es perceptible para unos pocos, entre ellos, el fiscal, y a golpe de cornetín. En otras palabras, “social” es a la finca militar lo que la música es a la música militar.
El ejército es el principal terrateniente del estado y cuenta con 11 millones de metroscuadrados para su enajenación, para con tales ventas obtener algo de liquidez, dadas sus cuantiosas deudas por compra de un armamento caro y sofisticado, tan inútil como la propia institución. A lo que hay que añadir el segundo mayor terrateniente dentro del territorio español: la santa iglesia católica, apostólica y romana (SICAR).
Como botones de muestra de otras heridas gangrenadas en pleno tórax del país, un tal Samuel Flores Romano, es el hombre que más tierras ha acumulado en España a lo largo de los últimos años: 23.000 hectáreas de terreno, superando las 20.000 de la duquesa de Alba, y sin llegar a las 40.000 de Juan Abelló y su mujer, la aristócrata Ana Gamazo. Quienes conocen la totalidad de sus fincas aseguran que sus reses podrían ir de Albacete a Sevilla sin salir de sus tierras. Sus fincas se reparten entre Castilla-La Mancha y Andalucía. Se asegura que el Rey Juan Carlos ha pasado buenas jornadas en compañía de su amigo Samuel y ¡en 1988 cazó un venado! (Franco se especializó en cachalotes).
Las 40.000 hectáreas de Abelló están repartidas en cinco fincas en Toledo, cuatro en Ciudad Real y una en Jaén. Dehesa del Lobillo (Ciudad Real) es la más importante. Las 20.000 de la Duquesa de Alba se reparten entre Córdoba (donde posee 17 fincas), Sevilla, Cádiz, Extremadura y Salamanca. Por si fuera poco, la duquesa de Alba y otros grandes terratenientes y grupos agroalimentarios son los mayores beneficiarios de los subsidios agrícolas de la Unión Europea (UE), llevándose millones de euros al año.
Hace años, durante un intento más de penalizar el aborto durante un mandato de Aznar, tuve a bien declararme delincuente mediante un cartel que confesaba: YO TAMBIÉN HE ABORTADO (milagros de la naturaleza…).  Hoy quiero igualmente declararme ocupante de todas y cada una de las fincas de militares, nobles y clérigos, tan baldías como ellos mismos y que privan de trabajo y de pan a quienes los necesitan. Por eso aplaudo y apoyo la ocupación e incautación de alimentos en grandes superficies comerciales, tal como Sánchez Gordillo y los jornaleros del SAT también han ido realizando.
NOTA: Los datos presentes en este artículo han sido sustraídos de varios sitios web existentes en Internet y que, como tales, presupongo a disposición del pueblo usuario. Quedo a la espera de las posibles noticias procedentes del mencionado fiscal del TSJA.


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