Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

lunes, 1 de abril de 2013

La culpa es de Bepe Grillo

Italia es ingobernable.  Los partidos políticos no se ponen de acuerdo y todo apunta a un nuevo gobierno técnico.  El resultado de las últimas elecciones dejó un resultado que nuestros creadores de opinión no aceptan y apuestan por la vieja fórmula de desacreditar el dictamen de las urnas.

La operación no es nueva.  Cada vez que hay elecciones y los partidos del régimen no salen favorecidos nuestros opinadores profesionales elevan el tono de voz con acusaciones tales como populismo, antisistema, o voto de castigo.  Lo hemos visto en todo Sudamérica y comienza a verse en Europa, primero fue en Grecia y ahora es en Italia.

El resultado italiano, tanto en escaños como en votos, viene a ser más o menos así: el Movimiento Cinco Estrellas un tercio, los demás dos tercios.

Si bien es cierto que al movimiento que encabeza Bepe Grillo se le ha tildado de oportunista, ridículo o histriónico al principio, ahora, tras su éxito electoral, lo acusan de ser un peligro para la democracia.  Grave acusación, no cabe duda ya que lo más suave que hacen es compararlo con el Nacionalsocialismo alemán de los años 30 del pasado siglo.

Pero todas esas acusaciones de carácter más o menos teórico pueden ahora anclarse en el suelo: Bepe Grillo es el culpable de que no haya gobierno en Italia.  No deja de ser chocante esa acusación cuando todo el mundo, incluidos sus electores, saben que se presentaron a las mismas con el mensaje de TODOS SON IGUALES, y nosotros no vamos a participar en su juego.  ¿A quién, honradamente, puede sorprender que a la hora de la verdad, cumpla con lo prometido?  Sólo a los hipócritas que se llenan la boca con la palabra democracia para luego violar su significado y su forma de manera constante y reiterada.

Bepe Grillo dijo: todo son iguales.  Si quieren algo que se pongan de acuerdo entre ellos y lo hagan.  Y no sería cosa nueva y extraña a la democracia europea, cuando quieren lo hacen como ya pasó en Alemania o ha pasado en España para los grandes asuntos de Estado (modificar la constitución por ejemplo)

El problema es que en Italia tienen una conciencia pública que destapa esa farsa teatral, un Pepito Grillo, que denuncia la ausencia de ideologías, la similitud de programas políticos, la corrupción del sistema, la ausencia de verdadera democracia y además lo hace con éxito, por eso en Italia los PSOE y PP de allí tienen que llevar el teatro hasta el final y para ello se necesita culpar a quien no tiene la culpa.

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