Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

miércoles, 19 de junio de 2013

Vacaciones en Huesca

Parece el slogan de una mala campaña publicitaria o, aún peor, una película de los años 70, con suecas en biquini y Alfredo Landa desbocado ante tanta carne junta, pero no, son vacaciones escolares.

¿De quién?  De niños saharauis.  Hace ya muchos años que un buen número de familias oscenses acogen durante los meses de verano a niños y niñas de los campamentos de refugiados saharauis de la provincia de Tinduf, los de Smara, Auserd, El Aaiún y Dajla.  Los acogen como a hijos, los engordan, los quieren, disfrutan de las piscinas, ven la nieve del Pirineo...  (se asombran cuando ven salir el agua por el grifo de la cocina)

La novedad este año es que la Asociación Alouda, en colaboración con otras asociaciones y además de  a 44 niños, traerá también 5 niños con discapacidad.

No todo está perdido.  Todavía queda buena gente, es más la buena gente es mayoría.

9 comentarios:

METAL dijo...

Siento disentir, no creo que la buena gente sea la mayoría.

Espartaco dijo...

Entonces no debemos reivindicar más democracia porque eso significa el gobierno de la mayoría. Si a más democracia hay más gobierno de la mayoría y la mayoría es mala gente, es mejor otra forma de gobierno, por ejemplo el despotismo.

Víctor C. dijo...

¿ES LA MAYORÍA BUENA GENTE?

Este tema es complicado. Es complicado en cuanto que primero tenemos que definir qué es ser buena gente.

¿Se puede ser bueno de manera absoluta?

¿La bondad se puede cuantificar?

¿Lo bueno y lo malo son conceptos absolutos?

¿Cuándo sé yo que estoy siendo bueno? ¿y cuándo malo?

Normalmente cuando se está siendo bueno en algún aspecto es muy probable que se esté siendo malo de manera colateral por otro lado.

Pongamos un sencillo ejemplo que nos puede servir para explicar esto. Imaginemos que somos observadores de la caída de una mosca en una tela de araña. No sólo somos observadores sino que tenemos la capacidad de interactuar con ese hecho. Tras la caída de la mosca en la tela, observamos que una araña famélica, a punto de morir de inanición, se acerca a la presa. Tenemos dos modos de actuar:

1. Sacando a la mosca de la tela de araña, salvando de esa manera la vida del insecto, pero la araña morirá.

2. Dejando tal cual la situación y que la araña devore a la mosca dejando correr el curso de la naturaleza, salvando así la vida del arácnido, pero la mosca morirá.

¿Con cuál de los dos animales debemos ser solidarios y empatizar? ¿Qué acción de las dos nos convertiría en buena gente?

Espartaco ha metido dentro de este tema la forma de gobierno en contestación a Iratxo, es decir metió por medio la política. Y precisamente en el tema político es donde se hace aun más difícil discernir entre lo bueno y lo malo. La política atiende a INTERESES de personas, y los intereses no son los mismos para las distintas personas. En política normalmente cuando se está siendo bueno con una persona automáticamente se está siendo malo con otra, con la que tiene intereses opuestos a la primera.

Alguien podría concluir que en un sistema democrático se atiende a los intereses de la mayoría y en consecuencia eso es lo bueno, ya que no sería bueno atender los intereses de la minoría desatendiendo a los de la mayoría. Y aquí hay una confusión de conceptos, pues con facilidad confundimos el concepto de bondad con el de justicia. La democracia no necesariamente es bondadosa, pero sí justa – y aun así tengo mis dudas. La democracia hace el bien a la mayoría, pero la democracia va en detrimento de los intereses de la minoría, y es ahí cuando de manera colateral se está haciendo el mal por otro lado, aunque se le esté haciendo el mal a una minoría. Podemos concluir, en consecuencia, que el sistema democrático es un sistema justo – aunque como digo tengo dudas sobre esto-, pero no podemos concluir, y en esto no tengo ninguna duda, que la mayoría sea buena gente. Además, todo este razonamiento lo hago considerando un sistema democrático ideal (perfecto), siendo muy difícil que la democracia sea ideal cuando es implementada en un plano real, con lo que en la realidad el tema se complica más a la hora de discernir qué es bueno y qué es malo. Lamento tener que citar a Churchill, pero éste decía que "La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre. Con excepción de todos los demás.", y yo estoy de acuerdo con esa frase.

Víctor C. dijo...

...Continuación del anterior comentario...

Ser bueno es ser empático y solidario, dejando apartados nuestros propios intereses. La política es un tema de intereses. ¿Qué ideologías políticas son más solidarias y empáticas? La respuesta es que lo son las menos egoístas, o lo que es lo mismo, las que miran menos por intereses individuales y más por intereses colectivos. Las políticas de izquierdas son las que atienden a los intereses colectivos, y las de derechas a intereses individuales. ¿En democracia la mayoría siempre vota por políticas solidarias y empáticas? Y ¿Si yo pertenezco a las clases más desfavorecidas de la sociedad y en consecuencia me interesa personalmente que se apliquen políticas solidarias y empáticas estaré siendo bueno votando por estas políticas, es decir, estaré siendo buena gente votando por las políticas que atienden a mis propios intereses? La única manera de ser buena gente en política sería votando por una opción política solidaria que atiende a los intereses de los más desfavorecidos sin pertenecer a la clase de los desfavorecidos.

La conclusión de todo esto es que no por considerar que la mayoría NO es buena gente consideramos automáticamente que no debemos reivindicar más democracia. Nada tiene que ver una consideración con la otra.

METAL dijo...

El realizar un acto de “bondad”, ¿te hace bueno?.
La mayoría de la gente alimenta por omisión, desidia, ignorancia, etc.. que funcionemos con un sistema económico perverso, eso , ¿hace buena a la mayoría?.

Víctor C. dijo...

Estoy de acuerdo, Iratxo.

Espartaco dijo...

No es necesario entrar en discusión sobre lo que son apreciaciones de cada cual, pero debe ser muy triste pasear por la calle y pensar que la mayoría de la gente con la que te cruzas sean malas personas. Eso genera desconfianza, ausencia de solidaridad, individualismo y en definitiva la falta de fe en nuestro vecino. Los movimientos sociales, los grandes movimientos revolucionarios, como la revolución francesa, la rusa o la nicaragüense, por ejemplo, partían de la bondad de las masas frente a la maldad de la élite. Quizá estuviesen equivocados y por eso fracasaron... quizá sea verdad que no nos podemos fiar unos de otros (no los otros de nosotros que nos verán como malas personas), pero eso deriva en otro pensamiento, en otra sociedad. Quizá la que estamos viviendo ahora. Quizá esa forma de ver el mundo es hegemónica y por lo tanto esto no tiene solución.

Espartaco dijo...

Por cierto, estamos de acuerdo con Víctor cuando dice que es un tema complicado, nadie pretende una categoría absoluta de lo bueno y lo malo, pero la reflexión es sobre las consecuencias. Si no nos fiamos los unos de los otros, si pensamos que todos mienten, roban, o buscan tan sólo su propio interés... ¿qué tipo de sociedad es esa?
Ese concepto moral de la sociedad es el mismo que el de Adam Smith, los hombres actúan por su propio interés y no por el interés colectivo de la sociedad. Esa es la base moral del capitalismo. Si tiene razón... entonces no queda espacio para la utopía.

Víctor C. dijo...

Si ahora la reflexión es sobre las consecuencias, y si ahora es una cuestión de fe y de generar confianza, entramos ya en otro tema distinto al inicial.

Mi reflexión tuvo la finalidad de llegar a la conclusión de que una persona que piense que la mayoría no es "gente buena", no necesariamente, como consecuencia de ese pensamiento, está desdeñando el sistema democrático, porque el sistema democrático, sencillamente, no es un sistema que atienda a bondades sino a los intereses de la mayoría, y todo esto con independencia de si esos intereses de la mayoría son "buenos" o son "malos", o lo que es lo mismo, con independencia de si esos intereses son los nuestros o no son los nuestros.