Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

martes, 30 de julio de 2013

Ayuda al enemigo

Quizás lo más estrambótico del caso del soldado Manning es la acusación de ayuda al enemigo.  Recuerda un tanto a esas acusaciones de la era stalinista en países tan opacos como Bulgaria donde el poder estaba en guerra constante contra todo el mundo.

El enemigo, como todo el mundo sabe, es aquél que nos agrede o trata de hacerlo en cualquiera de sus múltiples variantes, por ejemplo utilizando los servicios secretos para espiar nuestros datos sustanciales de defensa nacional.  Pero el soldado Manning va a ser hoy condenado a cadena perpetua por ayudar al enemigo, es decir, por filtrar los diferentes cables que desde distintas embajadas se trasladaba al Comando Central con la opinión política de la situación de esos países.  Es decir, para que los ciudadanos de las presuntas "democracias" puedan conocer los entresijos del poder, de ese poder que no representa al pueblo en las democracias.

Sería una acusación de opereta en los años 70, en plena guerra fría y con los misiles paseándose por media Europa, y sería una acusación de opereta que sólo hubiera podido hacerse en la Alemania Oriental o en la misma Unión Soviética.  Si Manning hubiera sido un disidente del Este la ONU se hubiera posicionado, Amnistía Internacional lo hubiera declarado un preso de conciencia, los medios de comunicación occidentales hubieran estado vomitando, día sí, día también, todos y cada uno de los cables descubiertos, se hubieran puesto en evidencia y desmenuzado para demostrar, una vez más, la tiranía y el terror del imperio comunista, la falta de libertades para terminar glosando las bondades de las democracias occidentales porque en ese caso el enemigo éramos nosotros y claro está, la acusación hubiera sido falsa puesto que nosotros no somos el enemigo.

Pero ahora ¿quién es el enemigo?  Está claro, somos nosotros porque la informacíón ha sido filtrada para nosotros, los ciudadanos de las presuntas democracias.  Si Manning ha ayudado a alguien ha sido a los ciudadanos de "occidente", por lo que la cosa está clara: el poder, ese que no nos representa aunque lo elegimos nosotros, bueno sólo a los capataces, nos tiene en su punto de mira y condena a todo aquél que nos ayude o lo pretenda hacer.

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