Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

viernes, 26 de julio de 2013

Los zamandungos

Hay muchos, están por todas partes, en la derecha, en la izquierda, arriba, abajo, incluso en nuestra comunidad de vecinos o en nuestra familia.  Los zamandugos suelen hacer lecturas simplonas de las cosas con ínfulas de certeza.

Dos noticias en poco tiempo que tienen el mismo origen:

POLÉMICA EN CEUTA

Un imán en la televisión ceutí: "Toda mujer que se perfume es una fornicadora"

La mujer no puede llevar la "cara y manos descubiertas", ni "zapatos de tacón de agua", ni vaqueros ni "perfumarse", afirmó un imán.



Fuente

El movimiento “Disciplina Doméstica Cristiana” enseña como pegar a las mujeres, en un documento de 54 páginas

ddcEl movimiento Disciplina Doméstica Cristiana -DDC- alienta y enseña a pegarle las esposas a través de un documento de 54 páginas donde se establecen diferentes principios y prácticas básicas para poder golpear.
Entre los consejos que dan para que los seguidores del movimiento Disciplina Doméstica Cristiana golpeen a sus mujeres, proponen el cepillo de pelo, ya que “es excelente para lograr la picadura deseada, pero se puede romper fácilmente”, dice una de las recomendaciones. Otra opción según el manual es la raqueta de tenis, ya que se trata de un elemento silencioso y estable.

Los zamandugos hacen lecturas parciales e interesadas lo que se puede comprobar en los comentarios de  sendas noticias.  La derecha, como siempre, enseñando la patita xenófoba e identificando islamismo con violencia, la izquierda, en su línea anticlerical y matacuras.
Ambas expresiones de violencia física sobre las mujeres por parte de los hombres (en este caso no son machos, los machos de verdad no lo necesitan) son la traducción de lo que se ha llamado en algún momento patriarcado, una sociedad donde los valores dominantes son los del hombre por encima de la mujer, a tal punto que las mismas mujeres asumen los valores masculinos como propios.  Es la misma sociedad y son los mismos valores quienes provocan que la pobreza se centre más en las mujeres que en los hombres, que a mismo trabajo tengan menos salario, que cobren menos pensión, que sean ellas quienes ocupen la mayor responsabilidad en las faenas domésticas, que sea objeto de agresiones sexuales por ejemplo en el chupinazo de San Fermín, o que sencillamente sean víctimas de palizas e incluso de asesinatos.
Es esa misma sociedad la que permite, tolera e incluso justifica solicitando la regulación de la trata de blancas, es decir, la prostitución, la esclavitud de miles y miles de mujeres que se ven obligadas a vender su cuerpo en muchas ocasiones en régimen de semilibertad o de prisión.
Para todo eso no hace falta una justificación religiosa porque no es necesaria, los valores patriarcales ya lo justifican.  En el caso de las religiones lo que hacen es poner un lazo que justifique mejor esa dominación machista, digamos que es el envoltorio.
No confundamos ni hagamos lecturas simplistas, tratemos de ser radicales (de ir a la raíz)

1 comentario:

Víctor C. dijo...

Esta gente es cavernícola, tanto ese "movimiento de disciplina cristiana" como el troglodita imán.

Esto es machismo en su más pura esencia, una lacra a combatir, al igual que hay que combatir su homólogo contrario, el hembrismo, que no debemos confundir con feminismo.