Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

martes, 7 de enero de 2014

Resaca navideña

Cada noche se queda preñada de un nuevo día.  Eso mismo podemos decir de lo que pasa con el cambio de año y los buenos deseos: todo es consecuencia de lo anterior.

Mientras la Infanta de Naranaja (¿o era la de Limón?) vuelve a ser imputada (por segunda vez) a la espera de que la desimputen (por segunda vez) y ya veremos si el juez no termina en la cárcel como le pasará al del caso Blesa o ya le pasó a Garzón (la justicia es igual para todo el mundo, pero para algunos es más igual que para otros), la crisis sigue siendo un éxito y consigue los objetivos marcados al principio de la misma: los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres (en esta última categoría está usted, aunque se crea que es clase media, a ver si despierta en este 2014 y se convence que usted es un trabajador, que vive de un salario y sin eso no se come un torrao).

Claro ejemplo de lo que decimos nos lo ofrece hoy Heraldo de Aragón con dos noticias que merecen un punto y aparte: mientras las viviendas de los bancos y cajas son más caras que las libres pese a la caída del precio de las mismas, se duplica el número de propietarios que tienen más de 50 (sí, leen bien, 50) pisos o locales gracias a las bondades de la crisis.  Al menos en Aragón, tierra brava.

En definitiva, que tras las Fiestas, la resaca.  Y la resaca nos recuerda que el malestar general es consecuencia de los excesos realizados anteriormente.  Lo grave de esta resaca es que la padecemos nosotros pero la fiesta la tuvieron ellos.

Un poco de humor para comenzar el año:

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