Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

lunes, 10 de marzo de 2014

Fin de semana de fiesta democrática

Este fin de semana hemos podido asistir a una clases magistrales impartidas por expertos protagonsitas de lo que quiere decir la palabra democracia en los regímenes occidentales.

Por una parte el PP en el País Vasco ha demostrado que la democracia consiste en un espectáculo, en una puesta en escena bien producida, con medios suficientes y una clá entregada a la interpretación de sus protagonistas.  Eso es la democracia para el PP, llegar a un congreso donde los militantes tienen que votar lo que previamente han decidio los que mandan.  Y si la discusión entre los jerifaltes se hace pública se pide perdón y ya está porque una vez resuelto el reparto de puestos, sillones y sueldos no hay motivo para la discrepancia.  ¿Debate ideológico?  ¿Qué es eso?   



La contraoferta teatral nos la ha brindado el PSOE en Valencia con una montaje inonvador que bebe de las fuentes del teatro de calle, más interactivo con un público que se siente protagonista de la obra cuyo guión también está escrito.  Allí lo han llamado primarias.  En este caso la discusión ha versado sobre caras, sobre nombres (en concreto dos) y para ello han necesitado un escenario múltiple en diferentes lugares y plazas. Los espectadores han participado y al final han elegido entre los dos actores que el director ha propuesto para la obra.  ¿Programa ideológico?  ¿Políticas confrontadas?  ¿Elaboración pública del resto de las listas?  No, nada de todo eso que se sale del guión.

¿Se parece este tipo de democracia a la que disfrutamos en España, una democracia en la que podemos votar lo pero las decisiones ya están tomadas (la Troika, el FMI, Bruselas, los mercados...)?

En todo caso un ejemplo que podemos exportar a todos los rincones del mundo para que los sátrapas de los diferentes países vean que esto de la democracia no es tan malo, tan solo hay que aflojar un poco pero sin perder las riendas.

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