Idiotas (son otros)

Cierto que bajo este mismo título publicábamos una entrada no hace tantos días, pero esta vez se refiere a otros idiotas y otro tipo de idiotez.

Es una lástima que no podamos poner ningún enlace a la noticia de portada del Heraldo de Huesca de hoy así que para que tengan una idea de lo que estamos hablando les dejamos otra entrada sobre tema genérico: los menores no pueden entrar solos a lugares donde vendan alcohol.

Nada menos que en 2008, en la primera época del blog, ya se hacía referencia a este asunto y a la hipocresía social que se tiene con el alcohol y otras drogas.

Al grano.  Las asociaciones de vecinos de Huesca están preocupadas e indignadas con la legislación actual sobre menores, alcohol y recintos públicos a tal punto que algunas como María Auxiliadora se están planteando no realizar fiestas o que el Perpetuo Socorro no quiera hacer su tradicional verbena.

Y tienen toda la razón.  ¿Se imaginan ustedes las fiestas del Barrio (o las de cualquier otro) con unos gorilas cacheando y discriminando quien puede acceder al baile y quien no?  ¿Se imaginan ustedes que los espacios del baile sean recintos cerrados con entradas y salidas?  Y todo porque habrá barras (con las que las asociaciones consiguen un dinero para pagar las fiestas) y en las barras venden alcohol y puede ser que algún menor de 17 años acuda a bailar, a festejar como se decía antes.

Resulta que ese (o esa) menor de 17 años no puede ir al baile porque no va acompañado por un adulto.  Y además debe haber guardias privados de seguridad que comprueben este extremo.

¿Y una actividad matinal donde se llevan niños pequeños y está abierta la barra para los padres que acompañan, por ejemplo un mago o unos payasos, puedan echar el vermut?  ¿Acaso no podrán ir sólo a las fiestas del barrio los niños y niñas de 13-14 años porque está abierta la barra y venden cervezas para los padres?

Los legisladores son IDIOTAS, así, con mayúsculas.  Son idiotas, falsos e hipócritas.  Recuerden ustedes su infancia y su adolescencia, recuerden su primera cerveza, su primera borrachera, recuerden su edad, recuerden al grupo de amigos y amigas con los que salían a beber y bailar a los bares de adelescentes, recuerden todo eso y mírense ahora.  Comprueben los traumas que les provocó aquellos hábitos a ustedes y a sus conocidos y saquen sus conclusiones.

Cuanta memez y cuanto gilipollas hay suelto por el mundo.


NOTA.  Amablemente nos han facilitado un enlace a la noticia.  Nuestro agradecimiento.