Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

jueves, 10 de abril de 2014

Izquierda Unida prevarica

En realidad Susana Díaz es un topo comunista que ha colocado Izquierda Unida en el PSOE andaluz para favorecer a la coalición de izquierdas antes de las elecciones.  Algo parecido a lo que ha hecho durante tantos y tantos años el PSOE con los submarinos que tenía en Izquierda Unida: recuerden a esas glorias otrora tan destacadas por el grupo PRISA como adalides de la intelectualidad y de la renovación de la izquierda y hoy en el baúl de la desmemoria: Cristina Almeida, López Garrido...

Pues eso, que parece que las gentes de Izquierda Unida han aprendido la lección y ahora atacan por donde vinieron.  O esa es la explicación más sensata y coherente a la respuesta que ha dado Susana Díaz, a la sazón Presidenta de Andalucía, cuando su consejera de Vivienda de IU ha realojado a unos desahuciados por IBERCAJA, y la susodicha le ha retirado competencias tras acusarla de prevaricar.

Tal y como están las cosas en España, con la sensibilidad social existente, después de lo que ha pasado el fin de semana con Ada Colau y el neofascista Alfonso Rojo, a pocas semanas de unas elecciones, no puede haber otra explicación más razonable.  Es impensable que un político en su sano juicio cometa una torpeza de semejante magnitud: dar protagonismo, y positivo, a tu principal rival por la izquierda que es precisamente por donde el PSOE pierde más votos.

Sin embargo la visión de la noticia que tienen los medios de PRISA, hablando de okupas (con k) y asumiendo el discurso de la patronal bancaria nos hace temer lo peor: el PSOE, en el tema de los desahucios (también en ése), sólo tiene un discurso progresista de fachada pero su acción política responde a los intereses de la patronal.  ¿Por qué pensamos eso?  Porque ya sabemos desde hace años que existe una unidad orgánica entre ambos entes (PSOE y PRISA) y que buena parte de la posición política del PSOE viene marcada desde los editoriales de El País, algo que trató de romper ZP con el experimento de PÚBLICO pero que, obviamente le salió mal.

En definitiva, el PSOE y PRISA vuelven a la carga pero esta vez, mucho nos tememos, errando el tiro.  Y es que se nota mucho la ausencia de Jesús del Gran Poder.

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