Antes que nada he de adelantar mi más absoluto desconocimiento del funcionamiento de las reglas del mercado. Yo pensaba que sabía algo, pequeños rudimentos, algunas nociones, pero he de confesar que tras la polémica de la compra de REPSOL, primero por GAZPROM y después por LUKOIL no entiendo nada. Pero nada de nada.
¿En qué quedamos? ¿Dejamos actuar al mercado o no?.
Por partes. Primero se dijo que privatizar los sectores estratégicos de la economía española era bueno para la economía y por lo tanto para España (por cierto que entonces no se llamaban sectores estratégicos, eso es ahora, pero bueno). Que el Estado no debía intervenir en la economía y que la libre competencia y el acabar con los monopolios redundaría en un beneficio para los consumidores (nótese que ya entonces perdimos el status de ciudadanos por el de consumidores, los derechos no son los mismos y sí las obligaciones). Ese discurso sirvió para IBERIA, para TELEFONICA, (así, sin acento, como gusta ahora), para la banca pública (ARGENTARIA) y amenazó a los servicios postales, sanitarios, educativos, pasando por supuesto por la Seguridad Social.
La primera contradicción era idenficar empresa pública con monopolio. Se podría haber abierto el mercado a la libre competencia de otras empresas sin vender la empresa pública, pero entonces la marea neoliberal (o neoconservador, según se lea), no admitía réplica.
Posteriormente esta actuación permitió que estas nuevas empresas pudiesen compar a otras de otros países, por ejemplo en toda sudamérica, con especial incidencia en Argentina por sus efectos devastadores que posteriormente se pudieron comprobar, (más bien los argentinos, claro) y eso que no eran empresas de la Unión Europea. (Guarden ese dato en la memoria, el que los países sudamericanos no son de la Unión Europea, algo claro y evidente pero que parece ser ahora preocupa)
En tercer lugar las acciones quedaron, tras un proceso de anuncios pagados y sin pagar en los medios de comunicación, en manos de unos cuantos accionistas minoritarios (el consumidor que compró estas acciones) y otros no tan minoritarios (los ricos de siempre y los nuevos ricos que se cultivaban a la sombra del poder, da igual de cual, del PP o del PSOE), y se nos hizo creer que esas empresas continuaban siendo españolas porque entre otras cosas cotizaban en Wall Street.
Con el paso del tiempo se iniciaron procesos de OPA's hostiles y amables a algunas empresas privatizadas con intervención política (ENDESA por poner el ejemplo más reciente)
Y por fin llega la noticia de que una (s) empresa (s) rusa (s) quieren comprar un sector estratégico. Y allí tenemos a los defensores del libre mercado diciendo que si quien compra es ruso (su dinero no debe de valer) está mal y que si quien compra son Los Albertos, Mario Conde, Botín, o gentes de ese calado, está bien. Y el argumento es doble. Por una parte dicen que los rusos no son parte de la Unión Europea (caramba, tampoco lo es Argentina. ¿Es que hay dos varas de medir, una para comprar y otra para vender?) y la otra es que un sector estratégico como es la energía no puede quedar en manos extranjeras (según, si es Italia sí por ejemplo con ENDESA)
Flipante. No lo entiendo. Si es estratégico, coño, no lo vendas, es decir, no lo privatices. Pero allí tenemos el debate. Un debate en el que intervienen los pesos pesados: Felipe González y Aznar (por cierto nuevamente coincidiendo) pero sin dar otros argumentos que los expresados más arriba.
Pero el mal de fondo es mayor que todo esto. Y es que en España, (como en casi toda Europa) se está viviendo un proceso de descapitalización y hace falta dinero, venga de donde venga. Esto no es nuevo. A los bancos de USA ya han llegado los Fondos Soberanos (Fondos de inversión que se dedican ha comprar cosas por el mundo a bajo precio y que son 100% de los Estados a quienes representan) con la intención de salvar su deteriorada economía. Ellos, los yankis no lo han visto muy bien, pero como son gente práctica han dicho que bueno, que bienvenido el dinero de Kuwait, de Arabia Saudita, de China, de Rusia, de Venezuela...
En España, que nos la cogemos con papel de fumar discutimos si son galgos o podencos, pero parece claro que al final, LUKOIL o quien sea comprará a precio de saldo nuestas empresas privatizadas. Claro que los defensores del libre mercado pondrán el grito en el cielo y pedirán una intervención directa del gobierno de turno, sea el que sea, pero no explicarán mucho más, entre otras cosas porque no tienen argumentos.
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