Hay dogmas que son incuestionables. La Santísima Trinidad, la infalibilidad del Papa, la virginidad de María son claro ejemplos. Sobre los dogmas no cabe discusión. Son así.
Otro dogma que sigue sin admitir ningún género de dudas es el del Mercado. Es infalible. No se puede intervenir desde la esfera pública en lo privado.
Como en el caso de los dogmas religiosos caben excepciones, pero sólo para los iniciados. Las reglas del mercado son infalibles y si eso nos lleva a generar un millón de parados al año, qué le vamos a hacer, es la vida. Eso sí, para los iniciados (la banca y las multinacionales) los dogmas no cuentan.
Cuanta hipocresía por parte de nuestros gobernantes.
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