Según informa El País "...Ken Rosen, catedrático de la Universidad de California en Berkeley, en el foro económico de Davos, resumiendo en una frase todo el drama de la crisis económica: "Los países ricos nos hemos gastado un dinero que no teníamos en cosas que no necesitábamos", fueron palabras que sonaron a música en Belem, localidad Brasileña que acogió este año el Foro Social Mundial (FSM)
El capitalismo atraviesa su peor crísis desde los años 30 del pasado siglo. Es más, cada vez son más las voces que dicen que la crisis actual es peor que aquella que se inició en el año 29, crisis que se saldó en Europa con el auge de los movimientos fascistas y con la Segunda Guerra Mundial.
A cada crisis una guerra. La de ahora tiene ya contendientes: Occidente contra el terrorismo (en este caso los países musulmanes) No sería de armas nucleares, sería convencional y por lo tanto posible. El capitalismo siempre tiene recursos.
También ayer, en Público, en una entrevista a Inmanuel Wallerstein, se nos planteaba la posibilidad de que sea esta la última crisis del capitalismo. Yo no lo creo, pero comparto igualmente alguna de sus reflexiones. La salida vendrá dada por el triunfo de dos concepciones, por un lado más de lo mismo, lo que derivará en una sociedad mucho más desequilibrada, más pobreza y peor para el ecosistema, por el otro lo que se está creando desde los movimientos altermundistas, en especial de Sudamérica (en Europa la izquierda no existe o está dentro del huevo). Naturalmente nadie espera que este enfrentamiento sea pacífico, la lucha de clases tiene altibajos pero desde luego genera tensiones sociales que se reflejan en las calles.
Aderezando esto se produce en GB la primara manifestación de trabajadores xenófoba (contra los inmigranes que les quita los puestos de trabajo) Ese es el germen de los futuros fascismos. Menciono la inglesa por su importancia, no por ser única.
¿Qué podemos hacer? Desde luego reflexión. Reflexión y acción al mismo tiempo. ¿Dónde? Comenzando por nuestro entorno más inmediato. En primer lugar denunciar con fuerza el mensaje maldito de ZP (Consumid, consumid). Esa no es la solución. Denunciar a la socialdemocracia por su falta de ideas (al PP se le suponen) y buscar alternativas desde abajo.
Davos y Belem son la antítesis. Los primeros son los notarios que certifican la muerte del sistema neoliberal, los segundos el germen que todavía no ha brotado de la nueva economía mundo. Desgraciadamente estas dos posturas no tienen su reflejo ni en España ni en Huesca. Aquí sólo tenemos notarios de la defunción.
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