Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

lunes, 20 de abril de 2009

MAFO

Tiene nombre de objeto extraterrestre. La verdad es que comienza a ser un incordio esto de las siglas. Bueno está lo bueno, lo de ZP, pero que ya sean dos los políticos que se conocen por sus siglas tilda el nivel de alarma. Sin embargo todo esto, sobre todo en el caso de MAFO da un cierto aire de cercanía con el sujeto a quienes así lo llaman (como un mote cariñoso que tan sólo usan los íntimos) al tiempo que de superioridad.

Miguel Ángel Fernandez Ordóñez, que es el personaje de quien hablamos, hermano de aquél ministro que pasó de la UCD al PSOE, lleva ya tiempo metido en política, no es nuevo en estas lides y por lo tanto no cabe entender que sus declaraciones sobre el superávit o el presunto déficit de la Seguridad Social sean el fruto del atolondramiento o de ser un pipiolo. Fenández Ordóñez, en su papel de máximo responsalbe del Banco de España, ha jugado sus cartas.

¿Cuáles son estas? El miedo. Sí, sí, tan sencillo como eso. Comenzar a meter miedo al personal. Y miedo en una de las fibras más sensibles de la ciudadanía española, sus pensiones de jubilación.

Hacia el final de los años 80 y principios de los 90 del pasado siglo, los sesudos economístas de turno (los del Banco de España, los de la CEOS, incluso los de los Sindicatos, por no decir los consultores independientes) nos amenazaron con la quiebra, más o menos inmediata de la Seguridad Social. Sus amenazas eran que en 2004ésta estaría en quiebra, es decir, que no habría dinero para pagar las pensiones. El objetivo de aquello fue una reforma en profunidad de nuestro sistema de jubilación abriendo el camino a los planes de pensiones privados y los seguros médicos privados.

El tiempo ha venido a decir todo lo contrario, que lo que ha fecha de hoy tiene superávit es la caja de pensiones de la Seguridad Social y lo que ha perdido dinero y puede llegar realmente a la quiebra son los planes de pensiones privados. Sin embargo el mensaje del miedo cumplió bien su papel (con la colaboración nunca bien pagada de los sindicatos, por supuesto) y el nuevo capitalismo financiero que comenzaba a florecer obtuvo cantidades ingentes de dinero que salió del esfuerzo y el ahorro de los trabajadores. Miles de personas acudieron a los bancos y cajas de ahorros a garantizarse el futuro de la jubilación. Hoy han perdido dinero y sólo tienen seguro el retiro del Estado, pero esto no se dice. Sin embargo gracias a esa exacción "voluntaria" de los trabajadores se han podido realizar inmensas fortunas impensables de otra manera.

El miedo funcionó. Y por lo tanto, piensan estos neoliberales del PP-PSOE, puede volver a funcionar el mismo mensaje. Además tenemos buenos altavoces en los medios de comunicación.

Claro que ahora puede darse el caso de que no sea tan fácil volver con ese mensaje por dos motivos:

1.- Ya sabemos que los Mario Conde y compañía no son mejor seguro que el Estado, tiene poca credibilidad.

2.- ¿Cómo que no hay dinero para las pensiones de nuestros viejos? ¿Acaso no ha habido cientos miles de millones de euros para salvar a los bancos? ¿Dejaran morir de hambres a nuestros mayores mientras garantizan los beneficios de esos sinvergüenzas?

Soluciones hay muchas, por ejemplo, en vez de tener que pagar 100 euros todos los meses al Santander pueden subirme 10 euros mi seguridad social. ¿Cómo, que eso no vale?

Efectivamente a eso lo llaman "cargas sociales" (antes se le llamaba salario indirecto) Por esa misma regla de tres, al salario directo se le terminará llamando "carga económica, o carga laboral"

¡Qué banda de sinvergüenzas!

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