Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

jueves, 8 de octubre de 2009

Arancha García Carpintero

Parece que se va, que lo deja. Y parece que lo hace por discrepancias internas. Es una lástima. Desde los años de la transición no habíamos vuelto a tener una sindicalista de esta talla en Huesca. Con todas las diferencias y matizaciones que se quiera es digna heredera de aquellos heróicos Julián Castellor o Mario Betrán.

Lo cierto es que después de aquello un tremendo herial, un páramo interminable, una mediocridad insufrible hasta que llegó un aire nuevo de tierras montisonenses (claro que allí mamó desde la cuna la idiosincrasia de una ciudad industrial)

Con Arancha algunos recuperamos cierta esperanza, cierta dignidad que creíamos olvidada al ver como abandonaba los despachos para ponerse al frente de las más diversas movilizaciones: Mildred, limpieza... y todo eso aderezado con unos discursos innolvidables cada 1º de mayo.

Claro que su trabajo, tirando de un equipo, comenzó a dar sus frutos y CC.OO. llegó a ser primera fuerza sindical en Huesca y en la provincia.

Sin embargo se ha encontrado con la traición (¿provocada por el miedo a éxito o por llamamientos superiores, desde el PSOE me refiero?), con la burocracia, con la modernidad.

(Nótese que el término modernidad aquí usado es sinónimo de estupidez, de estulticia, de ese extraño virus que tiene afectada a toda la sociedad, sin excepción, y claro, un sindicato "moderno" no puede hacer ciertas cosas, y menos en huesqueta, en la huesqueta profunda)

Arancha García Carpintero ha mostrado además dignidad. Se va, y lo hace por la puerta grande.

¿Quedará su sindicato en manos de un burócrata de conveniencia o por el contrario será capaz de seguir sus huellas? Sólo el tiempo lo dirá, el tiempo y los afiliados.

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