Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

jueves, 1 de octubre de 2009

Árboles, árboles, árboles

La moda es cortar los árboles. Todos, sin excepción. Da igual donde están, el tiempo que lleven, la sombra que produzcan, que sean beneficiosos para el medio ambiente por aquello del CO2... hay que cortarlos.

¿Cómo, cortarlos cuando nuestros próceres en la pasada campaña realizaron una carrera de promesas respecto a quien era capaz de plantar más árboles? (Por cierto que después de aquellas promesas electorales de ZP y Rajoy nunca más se supo)

No, no, me refiero a la ciudad de Huesca. Hoy escribe indignado un ciudadano una carta en Diario del Altoaragón manifestando su más enérgica protesta por la tala de 30 árboles del pasaje Zavacequias. Y no es el único en protestar ya que otra carta días atrás ya mostró su disconformidad. Pero es que los vecinos de la zona están descontentos con la actuación, por el fondo y por la forma (en fin de semana, es decir, con nocturnidad y alevosía)

Dice el autor de la carta de hoy que hay un déficit democrático en el Ayuntamiento. No nos queda más remedio que estar de acuerdo. Lo que hay es una especie de dictablanda con el silencio de la oposición y el despiste de la ciudadanía que no sabe o no quiere manifestar, canalizar su descontento contra actuaciones como ésta.

No vamos a entrar en si los 30 árboles eran culpables del delito del que se les acusaba o si cabía la reinserción de los mismos antes que emplear la pena capital (es decir, proteger las canalizaciones de agua y desagües para que no se vean afectadas por las raíces). No vamos a valorar la pérdida económica que supone cortar estos árboles (que se puede valorar y sabríamos lo que cuesta, y es fácil, compre y plante usted un árbol de esas dimensiones y con esos años de crecimiento, está en el mercado y verá lo que hemos tirado al vertedero), no vamos a entrar en la pérdida de calidad de vida que tendrán los vecinos de esa zona y el resto de población cuando pase por allí. No. Lo que queremos es realizar una pregunta, tan sólo una pregunta por si ustedes tienen respuesta a la misma:

¿Qué pasa por la cabeza de este Alcalde para tener tanto odio, tanta inquina a los árboles de Huesca? ¿Tuvo problemas en su infancia o fue en la pubertad? ¿Es un discipulo vergonzoso de la doctrina Buhs?

Y es que son muchos ya los árboles asesinados por Fernando Elboj

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