Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

martes, 29 de junio de 2010

El Estatut (y la patria)

Ah, la Patria. Esa idea (en ocasiones unidad de destino en lo universal) que ha servido como cohartada tantas y tantas veces para las mismas felonías (si no más)

He de confesar que no he entendido jamás a los patriotas. Ese concepto abstracto que se refugia en símbolos de colores que ondean al viento y canciones de letras abyectas y música de corte marcial. Por ella se muere o se mata. Por ella se canta, se lucha, se sufre, se llora, hay alegrías, fiestas y jolgorios. La Patria, la patria.

Hoy los patriotas se llaman nacionalistas (eso de patriota, en España y en otras partes, está muy devaluado) y con renovado ímpetu y remozados discursos vuelven al mensaje de siempre: el enemigo exterior, el pueblo atropellado, humillado, sus raíces históricas... y por supuesto el autogobierno.

Lo del Estatut es un enfrentamiento entre patriotas. Los patriotas de un lado y los patriotas del otro. Los primeros son herederos de los Condes de Barcelona, los segundos... según se mire, de los visigodos, de los Reyes Católicos... de Franco...

En todo caso el Estatut, el autogobierno de Cataluña ha sido en este caso la piedra angular del nuevo conflicto (en su momento los Decretos de Nueva Planta)

Vuelvo a confesar que no entiendo los sentimientos patrios por no sentirlos pero ello no obliga a que mi incomprensión se transforme en intolerancia. Sí, soy tolerante con los patriotas. Tolero el furor de las masas enfervorecidas ante el juego de la selección futbolera que enarbolan banderas patrias y se pintan el rostro de colores cual si fueran siux en pie de guerra. Al igual que admiro a esos jóvenes que cada fecha señalada (11 de septiembre, 23 de abril... da igual) se emborrachan y liban preciados néctares a los dioses locales.

Pero sobre el tema: ¿Acaso el Estatut mejorado impediría la reforma laboral? ¿Y sin nuevo Estatut? ¿Y con el Estatut capado, tal y como ha quedado? La misma pregunta sirve para la mejora de la sanidad pública, de las pensiones, de la educación, de la edad de jubilación, de la ley de dependencia...

La patria, la nación son conceptos de nuevo cuño (en el tiempo, claro) y responden al nuevo modelo de sociedad burguesa. La nación tiene un origen popular en cuanto no responde al territorio ni a la lengua. La nación tiene un origen popular desde el momento en que se enfrenta al feudo pero es rápidamente pervertida por la nueva clase dominante haciendo de ella el nuevo feudo burgués. Y esa patria, esa nación es la que ha pervivido hasta nuestros días.

Los patriotas catalanes no persiguen cambios. Nada cambia con Estatut o sin él. Los patriotas españoles quieren que nada cambie, con Estatuy o sin él. Usted volverá a trabajar (si tiene suerte) y tendrá los mismos problemas a fin de mes.

Los patriotas son los nuevos pijos. Véanlos en sus oropeles. Vea a Montilla, a Leire Pijín, a Mariano, a Cospedal. Son pijos de Vogue o de Telva (según tendencias, Telva es mucho más castiza)

Pero tenemos circo. Y además un circo permanente, no como el Mundial, con fecha de caducidad. Tenemos circo y las masas están entretenidas mientras les siguen apretando las clavijas.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de que el concepto de "nación" tiene un origen popular es discutible. Sí es cierto que tiene un uso "popularizante" por parte de la burguesía frente al orden feudal. Pero el origen del concepto no es, ni mucho menos, popular, sino que es bastante ilustrado.



(lo mismo sucede, sin que tenga nada que ver, con muchos de los conceptos comunes en la "izquierda" desde hace casi doscientos años)

El "pueblo" tiene cosas mejores de qué preocuparse.

Espartaco dijo...

El término nación en su concepto moderno tiene origen en la Revolución Francesa. Es en la batalla de Valmy (1792) donde por primera vez se enfrentan dos ejércitos, el prusiano, cuyos soldados gritan viva el rey, y el francés, que gritan viva Francia. Es la primera vez en la historia que sucede este hecho. Los soldados franceses luchan por una nación que representa su revolución, los derechos conseguidos, la abolición del feudalismo.
Tiene el mismo origen que el himno nacional francés "la Marsellesa". Le propongo que lea la letra y la compare con otras letras de himnos como el alemán, el inglés, el italiano... y verá donde radica la difencia, el origen de una y las otras.

Otro aspecto a destacar es la diferencia que usted propone entre nación y pueblo. Ese debate arranca de la misma etapa revolucionaria francesa. Para los conservadores de la época la soberanía residía en la nación (que se organizaba mediante sufragio censitario o como fuese) mientras que los revolucionarios, progresistas, la izquierda, como quiera usted llamarlo, habla de la soberanía popular, es decir, que la soberanía residía en el pueblo.

Ya allí podemos encontrar el debate que todavía queda. Como puede ver, tiene usted alguna idea de por donde van los tiros pero no acierta. El concepto nación, como origen popular, es rápidamente asumido por las clases conservadoras quedando el concepto pueblo para las progresistas. Más tarde, visto el éxito del término pueblo, el nacionalismo alemán buscará una identificación de ambos términos con una base idiomática desembocando en lo que todos sabemos: el nazismo.

Anónimo dijo...

El concepto de nación tiene una historia, en el ámbito de las ideas, anterior a su aplicación en la política y más en concreto en la Revolución Francesa, y es incluso anterior a la Ilustración.

Lo dejo ahí. No quiero entrar en debates eruditos.

Víctor C. dijo...

Es cierto que nada, o muy pocas cosas cambiaran con un nuevo estatut.

Respecto al concepto de "nación", pienso que tiene un significado similar al de "familia", guardando siempre las distancias, obviamente. Por lo tanto, la Nación no va referida al territorio, pero sí a un sentimiento de afecto por las personas con las que compartes ideas, pasiones (éstas en muy pocas ocasiones son buenas) e historia, al igual que sucede en la Familia. La Nación, por tato, es una Familia grande, muy grande.

Y en el caso de las diferentes sensibilidades que se dan en lo que se llama España, sucede que la cuestión es más de honor que de intereses reales. La imposición es una falta de honor, y para recuperar el honor es necesario dejar de estar sujeto a imposiciones de otros.

En definitiva, de lo que se trata aquí no es de que las cosas cambien sustancialmente, sino de que se recupere el honor.

En lo referente a las masas enarbolando banderas borbónico-franquistas en acontecimientos deportivos y pintándose la cara con esos mismos colores de la bandera a modo de indios, hay que dejarles, "pobrecitos, ignoran la historia de España, no son culpables de lo que hacen".Sólo son ignorantes, borregos de manada que siguen al que tienen delante sin saber que el que tienen delante se comporta igual, sigue a su vez al de delante y así hasta llegar a la cabeza de la manada que es quien finalmente dirige a todos por donde le interesa.

Anónimo dijo...

Al comentarista anterior:
- la diferencia entre la comunidad humana familiar y la nacional es que la familiar probablemente tiene fuertes elementos instintivos, heredados genéticamente como parte de nuestros mecanismos de la protección de la especie. La comunidad nacional, sin embargo, es puramente inventada e imaginada. A los miembros de cualquier nación sólo les une realmente el nacimiento o la residencia. Lo demás es todo imaginado e imaginario.

- A mí me dan tanta pena los borregos que van con banderas franquistas, como los que van con las constitucionales, las republicanas y las aragonesas. Son todos borregos de distintos rebaños.

Espartaco dijo...

Está bien, no entremos en debates eruditos. Hay mucho, pero mucho escrito sobre el nacionalismo y la nación como concepto. Es un término muy nuevo desde el punto de vista histórico. Si alguien quiere profundizar recomiendo un librito de tan apenas 200 páginas escrito por un magnífico historiador inglés: Eric Hobsbawm que se titula Naciones y nacionalismo desde 1780

Allí se aclaran muchas cosas, conceptos y términos aunque claro también sus tesis son objeto de debate, por ejemplo ¿Es el estado el que crea una nación?

Espartaco dijo...

En todo caso y por echar leña al fuego, si alguien quiere leer todo un clásico, nada menos que Ioseph Stalin, tiene una de las mejores reflexines sobre la nación. Lo digo por si alguien pica el anzuelo y (tras leerlo, naturalmente) quiere realizar su aportación.

http://www.marxists.org/espanol/stalin/1910s/vie1913.htm

Víctor C. dijo...

A mí alguien que va con una bandera reivindicativa no me da pena, en el sentido de que lo comprendo perfectamente, cuando se trata de reivindicar algo es necesario tomar como propios los símbolos opuestos a los del opresor. Lo que sí me da pena, en el sentido más peyorativo del término, es la utiliazación de simbología por quienes simpatizan por la parte opresora, es decir por la parte de quienes ya están en el poder y ejercen una hegemonía tiránica.

Por tanto, se ha de diferenciar claramente sobre lo qué es el ánimo reivindicativo y lo que es el ánimo del patriota opresor.

Espartaco, el artículo es muy largo, he leído la primera parte. En el escrito de Stalin se considera que la nación también ha de ser territorial, sobre lo que tengo mis dudas, porque han existido pueblos nómadas a los que podríamos tachar de pequeñas "naciones", por tanto considero que no se trata de territorial, aunque sí de unión física en el territorio o espacio que en cada momento se habite, a semejanza de la familia que lo es independientemente de si habitan una vivienda u otra. Enlo que sí coincido es en que para que algo se considere nación se han de compartir muchas cosas entre ellas el IDIOMA.

Anónimo dijo...

¿banderas reivindicativas? ¿banderas opresoras? Cualquiera que lleve una bandera de un estado o de una nación es un opresor, porque en todos la idea es que algunas señas de identtidad "colectivas" prevalecen sobre las señas de identidad individuales. Aquí a nadie se le pregunta si quieres ser español, o aragonés, te ha tocado y te jodes a unos nacionalistas les parece bien, yo preferiría ser francés o holandés, pero no, los ciudadanos no podemos elegir nuestra nacionalidad ¡si pudiéramos, ay...!

Y encima dice el anterior que tenemos que compartir el IDIOMA, queramos o no, y por supuesto el idioma o idiomas que ellos digan, no te jode los nacionalistas...

Espartaco dijo...

Cierto que es de una lectura larga el artículo de Stalin (por cierto que es lo único que merece la pena leer de él) pero es fácil de comprensión. Resulta muy interesante contrastarlo con las tesis de Hobsbawm, otro marxista, inglés, con otro posicionamiento bastante encontrado con el primero.

Víctor C. dijo...

Caballero anónimo, Se contradice al decir que cualquier bandera es opresora cuando más tarde afirma que usted preferiría ser Francés u Holandés, con lo cual usted está reivindicando pertenecer a una colectividad, renegando de su poder individual que es el que alega para argumentar que no existen banderas reivindicativas y que todas son opresoras.

Por otro lado, noto que usted no sabe leer, lo cual lo intuyo y lo deduzco por su último párrafo. En el que dice que yo digo “que se debe compartir el idioma, queramos o no”. Esto está muy lejos de lo que yo he escrito, sin embargo su carencia en la comprensión de la lectura le ha hecho interpretar eso. Yo lo que he dicho es que para que algo se considere Nación, entre otras muchas cosas a compartir, se ha de compartir el idioma. La nación al igual que la familia no es algo que se deba imponer, por lo tanto tampoco el idioma. Con lo que todo esto aún refuerza más lo que he dicho en mi anterior comentario, que no se puede imponer el idioma a un pueblo para que éste pertenezca a la nación opresora sólo porque la nación opresora trate de imponer su propia voluntad. Aprenda a leer y entonces me critica Caballero anónimo.

Por otra parte, ante un anónimo que se oculta, me cuesta comportarme de manera seria, es decir, no doy excesiva importancia a lo que usted dice. Por lo tanto, puede seguir criticándome, porque no le tengo muy en cuenta.

Anónimo dijo...

Brevemente, que no merecen sus argumentos mucho más:
- Si uno elige su propia bandera, colectivo, estado o nación ésta deja de ser impuesta y, por lo tanto, opresora de los derechos individuales de cada uno. Yo reivincido mi derecho a pertenecer a la nación que yo quiera, lo cual es hoy en día imposible para cualquier ser humano, e incluso a ser apátrida, lo que resulta hoy en día también imposible si se quiere ser por voluntad propia.

Usted no ha escrito lo que cree haber escrito en su anterior comentario. Sé leer y entender, a un nivel mucho más profundo que el un simple maestrico de escuela (usted debe de serlo, lo deduzco del uso que hace usted de la expresión "comprensión lectora", que parece de educación primara). Y también sé escribir.

Además sé usar este medio en el que escribimos y le digo que yo no soy menos anónimo que usted.

Víctor C. dijo...

Como no debo perder demasiado el tiempo con el caballero anónimo, pues alguien que va oculto es alguien que no merece que se le tome en serio, diré :

Me complace que usted reconozca en este último comentario que “REIVINDICA” su derecho a pertenecer a la nación que usted quiera, lo que se contradice con lo dicho por usted en su anterior comentario y refuerza mi replica contra usted la cual decía precisamente que usted se contradecía.

Por tanto, veo que finalmente nos hemos puesto de acuerdo en que existen símbolos reivindicativos que siendo elegidos por uno mismo no son opresores, por no ser impuestos. Gracias por finalmente darme la razón y estar de acuerdo con mi postura Caballero anónimo.

Ditalkon dijo...

Anónimo escribió: "¿banderas reivindicativas? ¿banderas opresoras? Cualquiera que lleve una bandera de un estado o de una nación es un opresor"

Más tarde Anónimo escribió:"Si uno elige su propia bandera, colectivo, estado o nación ésta deja de ser impuesta y, por lo tanto, opresora de los derechos individuales de cada uno".

Obviamente el ánónimo se contradice, por lo que sus argumentos carecen de validez.