Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

martes, 6 de agosto de 2013

Líos

Líos.  En este prelaurentis se están viviendo dos líos propios del movimiento asociativo.  El uno provocado por los jóvenes cachorros del PP oscense que han salido como jabatos en defensa de los recortes municipales al Consejo de la Juventud.  Pero su aparición no ha podido ser más desafortunada ya que han argumentado nada menos que se sienten discriminados por el resto de integrantes ya que se han enterado del conflicto con el Ayuntamiento a través de los medios de comunicación (en eso son como Felipe, que se enteraba de las cosas del GAL por la prensa).  La cosa sería grave de no ser porque las Nuevas Generaciones llevan meses sin acudir a ninguna reunión del Consejo.  En definitiva: menuda cagada.   ¿Y éstos son los que presumen de ser buenos gestores?  Si ese es el modelo de funcionamiento del PP ahora se entiende lo de Bárcenas: Rajoy y Cía. no sabían nada porque... no iban.  Lógico, ¿no?

El otro lo han montado las asociaciones de vecinos, en concreto los del barrio de la Encarnación.  Parece ser que la Presidenta de dicho barrio tiene un problema personal (entiéndase como se quiera) con la regente del bar de la Asociación.  Pero la cosa amenaza con salpicar y crecer como un tsunami al resto de asociaciones y al mismísimo Consistorio ya que el conflicto abierto está suscitando opiniones de tirios y troyanos.  Otra cagada, esta vez de quienes se creen dotados de un poder especial y una sapiencia superior por el mero hecho de ocupar un cargo extremadamente menor.

Estas vivencias se pueden observar en nuestro acontecer cotidiano.  ¿Recuerdan a ese vecino que parecía tan normal y amable cuando se lo encontraban en el ascensor?  Desde que lo eligieron (por turno) presidente de escalera anda por el mundo resabiado como si de sus decisiones dependiera el futuro de la humanidad.  El cargo parece ser que imbuye de ciencia y teología.  Esto no es nuevo.  En el gueto les daban una gorra de plato a unos cuantos desgraciados y se convertían en los mejores colaboradores de los nazis.

¿Son por tanto estas formas de actuar propias de todos los humanos?  Podría ser.  Aunque eso tiene que ver mucho con el aprendizaje de las normas sociales.  Si vivimos en una sociedad que presume de ser democrática pero que no lo es, una sociedad que traduce la palabra democracia por un mero acto formal de representación, es lógico que los ciudadanos aprendan esas formas de comportamiento social.  Si por el contrario se fomentan formas participativas en todos los niveles sociales a buen seguro que tendremos otros comportamientos cívicos.

No hay comentarios: