No, no crean que hablamos de nuevo servicio de transporte público de Huesca., hablamos de botellón en las fiestas de San Lorenzo. Sí, sepan ustedes que en las pasadas fiestas, según denunció un distinguido prócer oscense, llegan a Huesca decenas de autobuses cargados hasta la bandera de chavales y chavalas dispuestos a... hacer botellón.
Dios Santo, es terrible. Después de hacer promoción de un modelo de fiestas populares que se viven en la calle por toda España, cuando el público objetivo al que se dirige el mensaje festivo es receptivo al mismo y se deciden a venir en manada, resulta que nos enteramos (o al menos algunos) que lo que quieren al venir a Huesca es, entre otras cosas, a emborracharse y pasarlo bien. Lamentable ¿no? (que se enteren ahora, claro)
Sí, el conflicto del botellón llevó a que un respetable concejal de CHA denunciase en un foro oficial la existencia de estos autobuses y llegó a plantear la posibilidad de desviarlos para evitar la presencia masiva de jóvenes (la mayoría de Zaragoza) en las fiestas de San Lorenzo.
Lamentable, sí. Sobre todo porque fue rebasado por la izquierda nada más y nada menos que por el concejal popular Oliván quien no se distingue precisamente por su centrismo moderado.
Desviar a los autobuses de jóvenes es una actitud que está en el límite de los mínimos democráticos por no decir que ya ha traspasado la frontera.
Deseamos desde el blog que el verano pase pronto para los ediles de CHA que no han tenido unos meses estivales muy afortunados y vuelvan a la cotidianidad del curso político para recuperar la cordura que se les exige.
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