Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Recuperar viejas formas de protesta?

El concepto de democracia de los "demócratas de toda la vida" viene a ser más o menos éste: libertad sí, pero dentro de un orden.  Esta frase viene de otro gran demócrata de toda la vida, un tal Francisco Franco padre ideológico de la derecha española y creador de ese concepto tan original que se llamó democracia orgánica.

El régimen de libertades civiles que emana de la Constitución de 1978 se ha visto paulatinamente menguado desde su proclamación con diferentes leyes que han regulado dichos derechos (la Ley Corcuera o Ley de la patada en la puerta fue el inicio)

Hoy, con la crisis en pleno auge, los recortes en derechos sociales han sido el pan nuestro de cada día (y lo seguirán siendo en los próximos años, de ello ya hemos escrito en otras entradas de este blog) pero el poder no se va a conformar sólo con eso, también cree necesario continuar la senda de los recortes en la libertades civiles.

La fórmula es vieja: la criminalización de la protesta.  En una sociedad en la que, poco a poco, han ido calando los valores democráticos y por lo tanto nuevas formas de protesta, todas ellas pacíficas aunque no por ello menos contundentes, el poder busca una respuesta a la altura de las circunstancias y no ha encontrado mejor fórmula que la represión de nuevo cuño.  Porque de lo que se trata es de reprimir con los viejos usos (porra, balas de goma y contundencia física) y los nuevos, la sanción administrativa.

El PP lleva ya un tiempo experimentado esta fórmula y le debe parecer correcta ya que, pasada la fase de prueba, se ha puesto manos a la obra y nos va a dejar su nueva criatura: la ley mordaza.

La nueva Ley de Seguridad Ciudadana busca una España de orden frente a los alborotadores y para ello nada mejor que castigar con cárcel y multas a quien trate de ejercer sus derechos constitucionales.

Mucho se está escribiendo estos días sobre este asunto y nada mejor que algunos ejemplos para saber a qué nos referimos: aquí, aquí, aquí o aquí, pero hay más, muchos más.

¿Qué conclusiones podemos sacar de este modelo represivo?  Que los jóvenes que ya han nacido después de 1978 y que se creen que realmente esto es una democracia van a descubrir, poco a poco, que es mentira, que el actual régimen tiene de democracia tan sólo la pintura exterior.  Van a descubrir, o están descubriendo, que no son ciudadanos, que realmente sus derechos sirven de poco y que el poder cada vez más se vuelve omnímodo.

Y allí están esperando los grupúsculos de corte radical y violento que durante años han sobrevivido en los sectores más marginales de la sociedad para pescar en ese río y engrosar sus menguadas filas militantes.  Grupúsculos que explican con orgullo que el tiempo les ha dado la razón y que hay que recuperar la acción directa.

Claro que la policía lo sabe y por ello se estará adelantando y participando en grupos radicales muy trufados, cuando no controlados directamente por ellos, para captar todo ese descontento y tenerlo controlado.  Seguramente ya los podrán ver, son como las setas, salen de pronto y sin avisar, en diferentes manifestaciones y movilizaciones, muy ruidosos y con gran aparato propagandístico.

Tengan cuidado pues, tanto los jóvenes despistados que buscan soluciones radicales, como los trufadores (que también leen este blog), porque algunos lo sabemos y lo diremos.  (Y si podemos los desnudaremos)

Mientras tanto, desde el blog, y llenos de ira e indignación, seguiremos apostando por las protestas pacíficas.  Para ello, y por si están interesados en contactar, les dejamos esta dirección: Derechos Civiles.

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