Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

martes, 11 de noviembre de 2008

De ordenanzas, impuestos y malas formas

Otra vez se ha producido un nuevo debate municipal sobre los nuevos impuestos que pretende recaudar el Ayuntamiento de Huesca para el próximo 2009. Y nuevamente se ha constatado el buen discurso que tiene Miguel Solana en materia económica. Un resumen del mismo se puede encontrar en http://miguelsolana.wordpress.com/2008/11/09/tasas-e-impuestos/ . Y es que parte de razón no le falta cuando explica que los impuestos deben de ser progresivos y repercutir sobre los que más tienen. Al margen de lo más llamativo de los datos que ha aportado, los relativos a la contribución, (sobre lo que se puede opinar), desde mi punto de vista lo más interesante es la denuncia que se hace sobre las plusvalías. Por entendernos, es un impuesto que grava el beneficio que se obtiene en las ventas de inmuebles, es decir, sobre la especulación. Y llama la atención que sobre este impuesto no se actúe de forma contundente castigando a aquellos que pretenden un enriquecimiento rápido a partir simplemente de la especulación sobre el suelo. Pienso en tantos que han vendido y comprado trozos de huerta y secano en estos años, que se han embolsado miles de euros, incluso cientos de miles, y que su paso por las arcas municipales ha sido exiguo, y pienso tanto en ellos como en todos aquellos otros que han comprado pisos, locales y garajes con la sana intención de volver a venderlos al paso de uno o dos años y embolsarse, sin hacer absolutamente nada, unos millones de las antiguas pesetas. A ellos se debaría vigilar con ojo avizor y a ellos debería cargársele la presión fiscal.
Tiene razón Miguel Solana en sus críticas al PSOE local.

Pero del debate hay una segunda parte, la más mediática y cirquense. El enfrentamiento de Marta Gastón con Ana Alós. Indignante. Lo de la Sra. Gastón no tiene nombre. Es de una demagogia atroz, brutal, descarada, impropia de alguien que sobresale un poco de la mediocridad del grupo municipal del PSOE. Su comportamiento en el pleno fue asqueroso, impropio, y además abusivo. Abusivo porque se aprovecha de la inexperiencia y candidez de una portavoz del PP que tiene lo mismo de político (en el mal sentido de la palabra) que de astronauta. Se aprovecha de una Alós pardilla que no tiene recursos dialécticos para resolver el enfrentamiento allí mismo y sobre todo de un grupo municipal sin caché que le sepa respaldar en un momento así.

En fin, es la vida municipal de la ciudad, gris, mediocre, sin fondo, y aderezada por los improperios de la Concejal de Hacienda que pasa sus ratos libres en la Casa Consistorial a modo de desahogo porque como todo el mundo sabe sus judías las gana, sin hacer mucho, en las Cortes Generales, visitando la ciudad un par de días por semana para constatar que nada se ha movido.

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